Viajes con mi perro

Sevilla.



Mi historia con Sevilla es la historia de un amor que durĆ³ cuatro aƱos. Guardo intacto en mi memoria, el recuerdo de la primera vez que puse los pies en esa ciudad. El deslumbramiento que me produjo su belleza, el olor azahar que lo inundaba todo, la animaciĆ³n de sus calles, el contraste con la vida de una ciudad del norte en la que habĆ­a transcurrido mi vida hasta entonces. Me habĆ­a trasladado allĆ­ a pasar una semana invitada por unos familiares, y me quedĆ© durante 4 aƱos. Durante ellos conocĆ­ a mucha gente, hice amigos, algunos- ¡ay!-desaparecidos ya de mi vida, otros que espero que se queden en ella hasta que me muera. LeĆ­ compulsiva y desordenadamente. Y vivĆ­ con poquĆ­simo dinero lo que no restĆ³ un Ć”tomo a la alegrĆ­a de encontrarme en una ciudad tan hermosa, mientras buscaba confusa y apasionadamente algo que ni yo misma sabĆ­a lo que era. Pero aunque una mirada superficial sobre aquella Ć©poca, puede parecer en un principio como errĆ”tica y poco productiva, cuando pienso ahora en ella creo que me ayudĆ³ a crecer y a madurar de un modo que no lo hicieron otras Ć©pocas aparentemente mĆ”s estables y convencionales.


Por ello esta visita a Sevilla me da un poco de miedo. Temo que la nostalgia por el paso del tiempo y sus consecuencias, pueda apropiarse de mĆ­. Pero en cuanto empiezo a acercarme a la ciudad se apodera de mĆ­ otro tipo de preocupaciĆ³n mĆ”s terrenal: la bĆŗsqueda de un sitio para aparcar el coche. La amiga en cuya casa estoy invitada, me habĆ­a advertido que aparcar en Sevilla es casi misiĆ³n imposible y cuando antes del viaje, navego por internet para buscar parkings cerca de su casa, me doy cuenta que no exagera nada a juzgar por el nĆŗmero de pĆ”ginas con informaciĆ³n exhaustiva que hay acerca de donde aparcar el coche. Por ello, no doy crĆ©dito cuando encuentro aparcamiento en la propia Calle Torneo y justo enfrente de la casa en donde voy a pasar los prĆ³ximos dĆ­as. Naturalmente, desde el momento que aparco, tomo la decisiĆ³n de no moverlo durante mi estancia en la ciudad y moverme en taxi, en autobĆŗs o andando.


Otra decisiĆ³n que tomo es la de que Cooper no me acompaƱe en las visitas turĆ­sticas. Hace calor y ademĆ”s acompaƱado de una sensaciĆ³n de bochorno, lo cual supone para Ć©l una autĆ©ntica tortura, asĆ­ es que los paseos que damos juntos los damos por la Calle Torneo con baƱo incluido en el rĆ­o, y por un parque que hay cerca.

PanorƔmica desde El Puente de la Barqueta, construido con motivo de la Expo 92.

Al parque, formado por la uniĆ³n del JardĆ­n del Guadalquivir y JardĆ­n de las AmĆ©ricas, se accede atravesando el Puente de la Barqueta. El parque es muy bonito, pero se encuentra en un estado de completo abandono. Hay a la entrada un cartel que informa que el parque estĆ” cofinanciado por la UniĆ³n Europea, "Una manera de hacer Europa" leo con cierta desolaciĆ³n, mientras no puedo dejar de preguntarme que impresiĆ³n sacarĆ­an los responsables de darnos a los espaƱoles ese dinero, si viesen el estado en el que el parque se encuentra.

Basƭlica de la Macarena, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Esperanza de la Macarena, la Virgen mƔs venerada de Sevilla.
La primera tarde que pasamos en la ciudad, Cooper tambiĆ©n nos acompaƱa a dar un paseo por el Barrio de la Macarena. Aprovechamos la cercanĆ­a de la casa donde nos alojamos a la basĆ­lica, para acercarnos allĆ­ en primer lugar.

Arco de la Macarena.
Al lado de la basƭlica, se encuentra La Puerta de la Macarena mƔs conocida como Arco de la Macarena, siendo la mejor conservada de las puertas de la muralla Ɣrabe que circundaba la ciudad.

Desde ahĆ­ parte la Calle San Luis que es el eje central de este barrio y donde se encuentra la Iglesia de Santa Marina; la torre de la iglesia es de estilo mudĆ©jar aunque no sale en la fotografĆ­a.

Iglesia de Santa Marina.
Un poco mƔs adelante, nos topamos con La Iglesia de San Luis, obra del maestro del barroco Fernando de Figueroa.


Iglesia de San Luis.
Aunque la calle mƔs conocida del barrio es la Calle Feria llena de bares, tiendas y un antiguo mercado al lado del cual se encuentra la iglesia considerada como las mƔs antigua de Sevilla, la Iglesia de Omnium Sanctorum, erigida sobre una antigua mezquita.

Iglesia Omnium Sanctorum.
A pesar del calor bochornoso que hace, disfruto mucho de este paseo y del que a la maƱana siguiente doy con mi amiga y anfitriona, pues la Sevilla que visito en su compaƱƭa se acerca a la idea que tenƭa de la que yo conocƭ hace aƱos. Las tiendas, los bares, la vida que se respira aquƭ se parece a la que yo conocƭ entonces y que nada tiene que ver con la zona mƔs turƭstica y comercial por la que habƭa estado paseando esta misma maƱana: El barrio de Santa Cruz.

La Catedral de Sevilla es la tercera mƔs grande del mundo. Se alza en el emplazamiento de lo que era la gran mezquita en el S. XII. De la mezquita original se conserva el almiral conocido como la Giralda y el Patio de los naranjos.


Y es que en la maƱana del primer dĆ­a de los que paso en la ciudad, me dirijo llena de ilusiĆ³n a la Calle Mateos Gago testigo de tantos momentos de mi juventud. En el nĆŗmero 1 de la calle se encuentra La CervecerĆ­a Giralda uno de los bares clĆ”sicos de la ciudad donde en tantas ocasiones me reunĆ­ con mis amigos.(http://www.cerveceriagiralda.com/)

La calle sirve de entrada principal al Barrio de Santa Cruz y arranca de la Plaza Virgen de los Reyes donde se encuentran La Catedral y La Giralda, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, ademĆ”s del Palacio Arzobispal y el Convento de la EncarnaciĆ³n.



Palacio Arzobispal, declarado Monumento HistĆ³rico ArtĆ­stico en 1969.
Pero aunque es imposible no sucumbir al encanto del barrio con sus callecitas encaladas y los balcones llenos de flores, no puedo evitar sentir algo parecido a la decepciĆ³n: Todo estĆ” ahĆ­ igual de bonito como lo recordaba, pero estĆ” atestado de turistas y de tiendecillas tĆ­picas de souvenirs. Resulta imposible encontrar un sitio solitario, un Ć”ngulo desde el que hacer fotos sin que estĆ© plagado de turistas.


QuizĆ”s la zona mĆ”s solitaria en ese momento sean la Plaza Refinadores y la de Santa Cruz situadas al lado de los famosos Jardines de Murillo, asĆ­ llamados por encontrarse muy cerca de donde naciĆ³ el pintor. Han sido declarados Bien de InterĆ©s Cultural con la categorĆ­a de JardĆ­n HistĆ³rico. A continuaciĆ³n se encuentra el Paseo de Catalina de Ribera que tienen una extensiĆ³n de 18.250 m. cuadrados.
La cola para acceder a los Reales AlcƔzares.
La amiga asturiana, con la que estoy dando el paseo y que sigue acompaƱƔndome en este viaje por tierras del sur, tiene una cita para comer con un amigo, asĆ­ es que acordamos continuar nuestro paseo juntas visitando a nuestro paso la Plaza del Salvador, la de San Francisco y la Plaza Nueva para despuĆ©s tomar la Calle Sierpes y separarnos al final de esta calle donde se encuentra la ConfiterĆ­a La Campana fundada en 1885 donde, naturalmente y dada mi aficiĆ³n por el dulce, me compro varios pasteles.

La Campana, al final de la Calle Sierpes.

Como curiosidad, y ya que estamos celebrando el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, comentar que al final de la Calle Sierpes, se encontraba la CĆ”rcel Real donde estuvieron presos ilustres como el propio Cervantes, quien segĆŗn se dice comenzĆ³ allĆ­ a gestar su obra El Quijote.

En cuanto me separo de mi amiga vuelvo hacer el recorrido inverso por la Calle Sierpes hasta la Plaza Nueva y la de San Francisco. En la primera estĆ” instalada la Feria del Libro y en la de San Francisco estĆ”n instalando otra feria, no sĆ© muy bien de quĆ©, lo que les quita visibilidad a ambas, lo cual no puedo menos que lamentar sobre todo en el caso de esta Ćŗltima pues en ella se encuentran varios edificios interesantes como La Casa ArceneguiEl Edificio del Bar Laredo o La Antigua Audiencia.

Fachada del Ayuntamiento que da a la Plaza de San Francisco. Fue a raĆ­z de la boda de Carlos V con Isabel de Portugal, celebrada en Sevilla, que se decidiĆ³ construir un edificio para el Ayuntamiento que representase el poder y la importancia de la ciudad.
Tampoco puedo tener una buena perspectiva del edificio del Ayuntamiento, una de cuyas fachadas, la principal, da a la Plaza Nueva y la opuesta a la de San Francisco. La fachada que da a la Plaza Nueva es neoclĆ”sica y se terminĆ³ en 1867.

Iglesia del Salvador, donde por cierto se casĆ³ la Infanta Elena.
La plaza que si puedo contemplar sin ningĆŗn tipo de impedimento es la Plaza del Salvador que toma su nombre de la iglesia del mismo nombre, el templo mĆ”s grande de la ciudad despuĆ©s de la catedral.

El Asilo de San Juan de Dios del siglo XVI, Bien de InterƩs Cultural.
En la misma plaza se encuentra el Hospital de Nuestra SeƱora de la Paz tambiƩn conocido como Asilo San Juan de Dios.

Avenida de la ConstituciĆ³n.
En el camino de regreso vuelvo de nuevo por la Avenida de la ConstituciĆ³n que recorro a pie hasta alcanzar la Puerta de Jerez, una plaza que toma el nombre de la antigua Puerta de Jerez, uno de los accesos a la ciudad de las murallas de Sevilla.

Fuente de HĆ­spalis o Fuente de Jerez, instalada en la Puerta del mismo nombre con motivo de la ExposiciĆ³n Iberoamericana de 1929. Al lado se encuentra el Hotel Alfonso XIII tambiĆ©n construido en estilo neomudĆ©jar para alojar a los ilustres visitantes de la ExposiciĆ³n de 1929.
Al final de la Avenida de la ConstituciĆ³n veo una capilla, pequeƱita y casi escondida, La Capilla de Santa MarĆ­a de JesĆŗs, que llama mi atenciĆ³n y cuando entro me encuentro con que alberga un precioso Retablo Mayor, obra de Alejo FernĆ”ndez en 1520. No me atrevo a fotografiarlo por si le molesta al par de personas que estĆ”n dentro en ese momento.

El Palacio de San Telmo, construido en 1682, y actual sede de la Presidencia de la Junta de AndalucĆ­a.
Al fondo El Palacio de San Telmo con su exuberante portada churrigueresca, diseƱada por Leonardo de Figueroa y terminada en 1734.
Recorro la Avenida de Roma donde se encuentra el Palacio de San Telmo y me acerco a la Torre del Oro, en cuyas inmediaciones cojo un taxi que me lleva de nuevo a la Calle Torneo para reunirme con Cooper y con mi amiga y anfitriona con la que paso la tarde.

La Torre del Oro que formaba parte del recinto amurallado y estaba unido a los Reales AlcƔzares. No se sabe a que alude su nombre, si a los dorados azulejos que un dƭa vistieron su muros o a los tesoros del Nuevo Mundo que aquƭ se descargaban.
Esa noche nos vamos a cenar pescaĆ­to frito al Mercado Lonja del Barranco, un mercado gastronĆ³mico situado en un edificio considerado Patrimonio HistĆ³rico de la Humanidad y cuyo diseƱo fue presumiblemente encargado a Eiffel.

TodavĆ­a es de dĆ­a cuando llegamos al Mercado del Barranco...



Pero poco a poco empieza a caer la tarde y la ciudad se pone mĆ”s bonita si cabe. Imposible no volver a enamorarse de Sevilla...

Sevilla desde la Calle Betis.
El mercado, se encuentra en la Calle Arjona, muy cerca del Puente de Triana. Tras la cena atravesamos el puente y, nada mĆ”s cruzarlo nos encontramos en la Plaza del Altozano en la que confluyen varias calles una de ellas, la mĆ”s famosa, la Calle Betis que recorremos hasta llegar a la Plaza de Cuba y desde ahĆ­ nos volvemos para la casa.

El dĆ­a siguiente lo paso entero en compaƱƭa de mi anfitriona que hace verdadero cicerone por la ciudad. Por la maƱana, y tras darle un paseo a Cooper por la Calle Torneo, volvemos a tomar la Calle Feria y nos encaminamos hacia el Palacio de las DueƱas en el que residiĆ³ los Ćŗltimos aƱos la Duquesa de Alba y que desde marzo de este aƱo estĆ” abierto al pĆŗblico.

Patio del Palacio de los Marqueses de Algaba.
De camino hacia allĆ­, hacemos una parada para visitar el Palacio de los Marqueses de la Algaba que desde enero del 2013 alberga El Centro de Arte MĆŗdejar de Sevilla que se encuentra muy cerca de la Calle Feria. Considerado como uno de los mejores exponentes del arte civil mudĆ©jar, el palacio se distribuye alrededor de un gran patio central.

Entrada del Palacio de DueƱas.
Seguimos en direcciĆ³n al Palacio de DueƱas, pero como no todo va a ser arte y cultura, mi amiga me propone ir antes a tomar una tapa al Bar El Rinconcillo, en la Calle Gerona, un bar que ostenta el tĆ­tulo de ser el mĆ”s antiguo de Sevilla ya que lleva abierto desde el aƱo 1670. Nosotras tomamos una de sus especialidades, las espinacas con garbanzos; otras de sus especialidades son la pavĆ­a de bacalao, el salmorejo o la tortilla de jamĆ³n. Una de las curiosidades del bar es que los camareros anotan la cuenta con tiza en la barra.

Cuando llegamos allĆ­ nos dicen que faltan diez minutos para que abra sus puertas al pĆŗblico, asĆ­ es para hacer tiempo mi amiga me lleva a un bar cercano donde segĆŗn ella, y es experta en la materia, tiran mejor la cerveza de todo Sevilla. El bar en cuestiĆ³n se llama El Tremendo y estĆ” en el nĆŗmero 13 de la Calle San Felipe.



Cuando estamos tomando la cerveza vemos una imagen conmovedora, la de un padre con su niƱo y un paso de Semana Santa infantil...


Para llegar hasta el bar pasamos por delante de una iglesia que se llama la Iglesia de Santa Catalina, me pareciĆ³ muy bonita aunque estaba cerrada y no pudimos visitar su interior. Fue declarado Bien de InterĆ©s Cultural en 1912 y pertenece al grupo de las iglesias gĆ³tico-mudĆ©jares de Sevilla y se ubica en el lugar de una mezquita.

Iglesia de Santa Catalina.
En cuanto al Palacio de las DueƱas, tuvimos la suerte de encontrarnos con que habĆ­a muy poca gente. La entrada cuesta 8 euros y estĆ” abierto de 10 a 20h en verano y en invierno de 10 a 18h. Pasear por sus jardines es una verdadera delicia, la visita merecerĆ­a la pena sĆ³lo por contemplar las inmensas buganvillas en flor que hay a la entrada.




Gracias a una placa que hay en la entrada, descubro algo que desconocĆ­a por completo, y es que el poeta Antonio Machado naciĆ³ en este palacio el 26 de julio de 1875 y que el patio donde ahora estoy, es en el que los Hermanos Machado "jugaron y recibieron la luz y los colores y los olores de Sevilla".

"NacĆ­ en Sevilla-escribiĆ³ el poeta- el aƱo de 1875 en el Palacio de las DueƱas. Anoto este detalle no por lo que tenga de seƱorial (el tal palacio estaba en aquella sazĆ³n alquilado a varias familias modestas) sino por la huella que en mi espĆ­ritu ha dejado la interior arquitectura de ese viaje caserĆ³n".

Fue precisamente este patio el que le inspirĆ³ su famosĆ­simo poema que empieza:

 Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
 y de un huerto claro donde madura el limonero;
 mi juventud, veinte aƱos en tierra de Castilla;
 mi historia, algunas cosas que recordar no quiero.



Si la visita al Palacio de DueƱas ya fue una fiesta para los sentidos, la que hicimos a continuaciĆ³n a la Casa Pilatos no lo fue menos. El palacio, residencia permanente de los Duques de Medinaceli, es una mezcla de estilo mudĆ©jar y renacentista italiano. La entrada que permite visitar la planta baja y el patio cuesta cinco euros, la visita a la planta superior es guiada y cuesta ocho, aunque creo que el miĆ©rcoles hay unas horas en las cuales la entrada es gratuita.En la actualidad, La FundaciĆ³n Casa Ducal de Medinaceli desarrolla una intensa labor cultural.

Como curiosidad comentar que son muchas las pelĆ­culas que se han rodado en su interior, entre ellas la famosĆ­sima Lawrence de Arabia (1962) dirigida por David Lean.



Portada Principal del Palacio.

Muros adornados con azulejos en la Casa Pilatos. TambiĆ©n destacan los 24 bustos de emperadores romanos que junto con el de Carlos I y CicerĆ³n, se distribuyen por las galerĆ­as bajas del patio.

Hay en el jardĆ­n una estatua de un joven Baco que juega con el agua pero a mĆ­, como no, la que mĆ”s me llama la atenciĆ³n es la que representa un perro que me hace sentir nostalgia de Cooper.




AsĆ­ es que en cuanto acabamos la visita, nos vamos a la Calle Torneo para darle un paseo, comer y descansar un rato en casa para salir de nuevo a pasear esta vez por Triana. Ayer ya habĆ­amos estado recorriendo la Calle Betis, una de de las mĆ”s famosas de Triana, pero yo deseaba volver para adentrarme un poco mĆ”s en el barrio.


AsĆ­ es que ese dĆ­a al final de la tarde, nos vamos en autobĆŗs hasta una parada cercana al Puente de Triana que volvemos atravesar y llegamos de nuevo a la Plaza del Altozano, pero esta vez no tomamos como ayer la Calle Betis, sino que paseamos por otras calles que confluyen en la plaza, la de San Jorge, el Paseo de Nuestra SeƱora de la O, San Jacinto...


En la plaza hay varios lugares de interĆ©s como la Capillita del Carmen construida por AnĆ­bal GonzĆ”lez en 1926 o el edificio de la Farmacia Murillo de Espiau de 1912. Los restos del Castillo de San Jorge se han convertido en un Centro de InterpretaciĆ³n y un Museo de la InquisiciĆ³n.

El Puente de Isabel II mƔs conocido como Puente de Triana. El diseƱo es de Eiffel.
El Barrio de Triana que debe su nombre al Emperador Trajano fue en su dĆ­a el barrio gitano de Sevilla. QuizĆ”s por estar al otro lado del rĆ­o, quizĆ”s por encontrarse fuera de la muralla que antiguamente rodeaba la ciudad, parece ser que la gente de Triana se siente de algĆŗn modo distinta, con otras particularidades. Se cuenta que la gente de Triana decĆ­a "voy a Sevilla" cuando iban a cruzar el puente.

Su cerĆ”mica es famosa desde hace siglos y asĆ­ lo atestiguan el montĆ³n de cuadros de cerĆ”mica que vemos por todas las calles a modo de homenaje a vecinos ilustres o con motivos religiosos. TambiĆ©n hay un montĆ³n de rĆ³tulos hechos en cerĆ”mica. El taller mĆ”s conocido es el de la CerĆ”mica Santa Ana en la Calle San Jorge.

CerƔmica Santa Ana, fundada en 1871, en la Calle San Jorge 31.
En la Calle San Jacinto que es peatonal se encuentra la Iglesia de San Jacinto y la Capilla de la Estrella que es la sede de la Hermandad de la Estrella.

La Virgen de la Estrella.
Pero en este paseo, quizĆ”s por la hora, lo que nos apetece es ir de bares... Nos acercamos primero al nĆŗmero 1 de la Calle de Castilla conde se encuentra Casa Cuesta abierto desde 1880 y que es uno de los que frecuentaba en la Ć©poca en que vivĆ­ en Sevilla. El escritor PĆ©rez Reverte lo cita en su novela "La Piel del Tambor", una novela cuya trama se desarrolla en Sevilla. Es en el tercer capĆ­tulo donde describe los 11 bares que habĆ­a en los 300 metros que separaban la Casa Cuesta del Puente de Triana. Y hablo en pasado pues muchos de los que cita, han desaparecido. Otro bar mĆ­tico para mĆ­ era el Kiosko de las Flores que tampoco estĆ” ya donde lo dejĆ© y que segĆŗn me cuentan se ha trasladado a la Calle Betis a causa de las reformas del cercano mercado.(http://kioscodelasflores.com/)


En el nĆŗmero 39 de la Calle San Jacinto se encuentra la CervecerĆ­a La Grande donde nos sirven, siguiendo lo que es una norma de la casa, las caƱas con una tapita de gambas.

El Ćŗltimo bar que visitamos ya no estĆ” en Triana, sino en el Barrio del Arenal, el barrio que se encuentra al cruzar el puente, enfrente de Triana, y que ha crecido alrededor de la Plaza de toros de la Maestranza. AllĆ­ nos dirigimos a la Bodeguita Romero en la Calle Harinas 10 donde, por una vez y sin que sirva de precedente, abandono mis convicciones vegetarianas tomando un montadito de pringĆ”. (La pringĆ” estĆ” elaborada con los ingredientes cĆ”rnicos del cocido que luego se sirven triturados o desmenuzados con pan).

Y asĆ­ llega el Ćŗltimo dĆ­a de mi estancia en Sevilla que dedicamos por la maƱana a pasear por El Parque de MarĆ­a Luisa.





Fue la Infanta MarĆ­a Luisa Fernanda de Orleans quien en 1893 cede parte de los Jardines de San Telmo a la ciudad creĆ”ndose asĆ­ el Parque de MarĆ­a Luisa, el mĆ”s famoso de la ciudad, que estĆ” declarado Bien de InterĆ©s Cultural en la categorĆ­a de JardĆ­n HistĆ³rico. Las Plazas de EspaƱa y de AmĆ©rica, ambas de AnĆ­bal GonzĆ”lez, estĆ”n integradas en el parque y fueron construidas con motivo de la ExposiciĆ³n Iberoamericana de 1929.



La Plaza de EspaƱa es una plaza de forma ovalada de unos 200 m de diĆ”metro, realizada en ladrillo visto con aplicaciones de cerĆ”mica. Fue realizada por AnĆ­bal GonzĆ”lez con motivo de la ExposiciĆ³n Iberoamericana de Sevilla de 1929.


El parque estĆ” precioso, pienso en Cooper y en como me gustarĆ­a que nos hubiese acompaƱado a este paseo, pero en cuanto pasa un poco de tiempo y sobre todo cuando llegamos a la Plaza de AmĆ©rica, me alegro de haber tomado la decisiĆ³n de dejarlo en casa pues hace mucho calor.



El PabellĆ³n MudĆ©jar en la Plaza de AmĆ©rica en el que se aloja el Museo de Artes y Costumbres Populares.
 En la misma plaza, se encuentra el Edificio Neorenacentista que alberga el Museo ArqueolĆ³gico.
Empezamos a pensar en volver a casa a comer, pero le pido a mi amiga que prolonguemos un poco mĆ”s mi recorrido sentimental por la ciudad acercĆ”ndonos al Porvenir, un barrio cercano al parque donde vivĆ­ unos aƱos. El barrio estaba precioso como entonces, pero lo encontrĆ© mucho mĆ”s limpio y cuidado. LocalicĆ© la casa que compartĆ­ con unos amigos, pero no encontrĆ© la buhardilla donde vivĆ­ los dos Ćŗltimos aƱos. Una buhardilla, gĆ©lida en invierno, tĆ³rrida en verano, por la que se accedĆ­a tras subir cuatro pisos sin ascensor-"no cierres la cancela muy fuerte al entrar pues la lĆ”mpara del techo se nos cae al suelo," me pidiĆ³ un dĆ­a el vecino de debajo de mi casa-, pero en la que vivĆ­ muy a gusto quizĆ”s porque me sentĆ­a libre y dueƱa de mi vida y como casi todos los jĆ³venes, invulnerable. ("Yo he hablado de ParĆ­s segĆŗn era en los primeros tiempos, cuando Ć©ramos muy pobres y muy felices". "ParĆ­s era un fiesta". Ernest Hemingway)

No tuve suerte tampoco con la bĆŗsqueda del bar-tienda de ultramarinos, El Bar Palacios, un local histĆ³rico de Sevilla que frecuentaba entonces, pues aunque lo encontrĆ© en el nĆŗmero 4 de la Calle Porvenir, estaba cerrado.

Y ahora si vamos a reencontrarnos con Cooper. Comemos en casa y descansamos hasta bien entrada la tarde en que salimos a pasear por la Alameda de HĆ©rcules y calles adyacentes.


Yo ya habĆ­a estado varias veces paseando con Cooper por la Alameda, paseos que Ć©l aprovechĆ³ sobre todo para refrescarse en la fuentes de superficie, y en esta ocasiĆ³n vuelve a acompaƱarnos.

Extremo sur de la Alameda con dos columnas coronadas con sendas esculturas una que representa a HĆ©rcules, quien segĆŗn la leyenda fue el fundador de Sevilla, y la otra de Julio CĆ©sar. En el extremo norte hay otras dos columnas rematadas por leones con escudos.
En la Ć©poca en que yo vivĆ­ en Sevilla, La Alameda era una zona de prostituciĆ³n. TambiĆ©n recuerdo que se celebraba allĆ­ un mercadillo y creo recordar que el suelo estaba cubierto de albero. En el 2008 se realizaron unas obras de remodelaciĆ³n y ahora es una zona llena de bares y terrazas con mucho ambiente.


Nosotras acabamos tapeando en uno de los bares que pueblan la Alameda antes de haberlo intentado sin Ć©xito, en uno situado en la cercana Plaza de San Lorenzo, una placita con mucho encanto, donde se encuentra la Iglesia de San Lorenzo y La BasĆ­lica del Gran Poder. Esta Ćŗltima fue construida en 1965 como sede de la Hermandad de JesĆŗs del Gran Poder. En el interior se encuentra la talla de JesĆŗs del Gran Poder"El SeƱor de Sevilla", obra de Juan de Mesa, escultor al que se ha levantado un monumento que estĆ” situado a un lado de la plaza.

Tras el tapeo y cuando ya nos vamos para casa, atraĆ­das por el sonido de la mĆŗsica de una procesiĆ³n, nos acercamos para verla de cerca. De pronto, una mujer que estĆ” participando en la misma me pide que le acerque a Cooper pues quiere acariciarlo (mi amiga me comenta que no le estĆ” permitido salir de la procesiĆ³n). Cuando la chica levanta el rostro para darme las gracias puedo ver lĆ”grimas en sus ojos, que no sĆ© si estĆ”n motivadas por el fervor religioso o por la ternura que le inspira Cooper.


En cualquier caso, el recuerdo de ese momento que mi mĆ³vil captĆ³, aunque borroso y desenfocado, me parece el broche final para estos dĆ­as de estancia en esta ciudad que, por muchos motivos, sigue ocupando un lugar en mi corazĆ³n, a pesar del tiempo transcurrido desde aquel lejano dĆ­a en que puse por primera vez los pies en ella...

Hoteles que admiten perros en Sevilla :

Hotel Petit Palace Canalejas
http://www.petitpalace.com/hotel-canalejas-en-sevilla/       


Hotel Londres
http://www.hotel-londres-sevilla.com/



Hotel SimĆ³n
http://www.simonhotelsevilla.com/


Hotel Goya
http://www.hotelgoyasevilla.com/


Un Patio al Sur
http://www.patioalsur.es/



Hostal Atenas
http://hostalatenassevilla.com/



Hotel Vincci La RƔbida
http://www.vinccihoteles.com/eng/Hotels/Spain/Sevilla/Hotel-La-Rabida



Hotel Inglaterra
http://www.hotelinglaterra.es/es/index.html
*SĆ³lo admite perros hasta 12 Kilos de peso.



Hotel Reyes CatĆ³licos
http://www.hotelreyescatolicos.info/
*SĆ³lo admite perros hasta 15 Kilos de peso.



Hotel Bellavista Sevilla
http://en.hotelbellavistasevilla.com/



Novotel Sevilla MarquĆ©s de NerviĆ³n
http://www.novotel.com/gb/hotel-3210-novotel-sevilla-marques-del-nervion/index.shtml
*Cobran 20€/noche de suplemento por el perro




Hostal Puerta Carmona
Plaza de San AgustĆ­n, 5
TelƩfono: 954 988 310



Le Petit ParĆ­s
http://lepetitparis.es/



Ibis Sevilla
http://www.ibis.com/en/hotel-3207-ibis-sevilla/index.shtml




Hotel Villa de la Palmera
http://www.villadelapalmera.com/
*SĆ³lo perros hasta 15 kilos de peso




Hotel Palacio AlcƔzar
http://www.palacioalcazar.com/



Apartamentos Puerta del Sur
http://www.puertadelsur.net/



Apartamentos La Casa del Pozo Santo
https://casadelpozosanto.com/



Apartamentos San Marcos
http://www.sanmarcos-apartamentos.com/




Apartamentos Living Sevilla Maestranza
TelƩfono: 954 217 914




1 comentarios

  1. Emotivo e interesante reportaje sobre una ciudad amada....
    Muy buenas las fotos.

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Viajes con mi perro