He vivido los dos primeros meses del 2013 en Madrid moviéndome entre la estupefacción, la preocupación y el disgusto por los acontecimientos que estamos viviendo en nuestro país.

Obviamente me estoy refiriendo a esa mezcla de crisis y corrupción que ha conseguido provocar en mí un fuerte desánimo que creo comparto con prácticamente la mayoría de los españoles. Porque si algo tiene esta crisis es que nos afecta  en mayor o menor medida a todos sin excepción y desgraciadamente alguno de mis amigos con tal virulencia que resulta imposible no acabar sucumbiendo al desánimo ante tantas y tan malas noticias.

Por esa razón recibí la noticia de que tenía que volver a viajar a Gijón con gran alegría, convencida de que un cambio de aires era lo que mejor podía sentarle a mi ánimo maltrecho.

Decidí que iba hacer el viaje por la carretera de Burgos (Autovía del Norte o A1) y que iba a aprovechar para hacer un par de paradas por el camino.

En cuanto hice la reserva en los hoteles que había elegido, uno en la provincia de Segovia y el otro en Cantabria empecé a sentirme más animada. Ya me imaginaba a mí misma viajando con Cooper en mi viejo utilitario sintiéndome libre y alegre, recitando por el camino aquel poema de Gabriel Celaya incluido en los Cuadernos de Juan de Leceta y que el poeta tituló,

A MANERA DE LIBERTAD

Me zafo lindamente de todos mis amigos,
de todas mis amigas, de todos mis parientes,
para quedarme solo, tranquilamente solo, feliz en lo absoluto.

Todo mío es mi ocio. No pienso. Fumo solo.
Las hénides me llevan-prometen más que ocultan-
y en su puro posible floto libre y dichoso.


Pero ante mi sorpresa y cuando ya parecía estar a punto de estallar la primavera en Madrid, tal como pude comprobar estos días atrás por lo adelantado de la floración de los almendros de la Quinta de los Molinos, un temporal de viento y lluvia que está azotando todo el Norte de España, vino a retrasar mis planes.

Incluso hoy 27 de Febrero nevó en Madrid, lo que me decidió a anular momentáneamente la reserva de los hoteles y posponer unos días el viaje.

Así es que aquí seguimos Cooper yo en Madrid a la espera de que mejore el tiempo con la esperanza de que mi proyectado próximo viaje hacia Gijón con parada en Sepúlveda y Reinosa consiga al menos por unos días hacerme olvidar la situación terrible en la que estamos todos inmersos.




P.S : Una amiga que conoce mi intención de pasar una noche en Cantabria me facilita la dirección de un hotel del que tiene muy buenas referencias y que acepta perros. No he llegado a llamar para pedir información porque está en una localidad en la que no me interesa parar en este viaje, pero dejo aquí el link porque tiene un aspecto estupendo : http://www.posadadecastaneda.com/