Viajes con mi perro

Casa da Mata. Chaves. (Portugal)

El Hotel Quinta Da Mata en Chaves.
Después de pasar dos días en La Coruña, dos en Pontevedra y dos en Orense mi viaje por Galicia empieza a llegar a su fin. La última parada antes de llegar a Madrid voy hacerla en un pueblecito de Portugal llamado Chaves.


Salgo de Orense en dirección a esa localidad pero por el camino me detengo en Allariz todavía en la provincia de Orense y a muy poca distancia de esta última.

Declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1971, Allariz recibió también en 1994 el Premio Europeo de Urbanismo por el "Proyecto de ordenación y recuperación del Conjunto Histórico y de su río Arnoía".


Así mismo fue declarado en 2005 Reserva de la Bisofera por la Unesco junto con otros tres ayuntamientos de la comarca.

Su esplendor se remonta a la época medieval ya que en el siglo XII le fueron concedidas los fueros que le convirtieron en Villa Real. Más tarde Sancho IV la nombró Llave del Reino de Galicia. También fue con posterioridad lugar de residencia de Alfonso X el Sabio. El castillo está destruido y apenas quedan unos restos de murallas. Extramuros llegó a desarrollarse una importante colonia judía.



Dejo el coche en el Campo de la Barreira un amplio espacio abierto donde se encuentra una fuente barroca obra de Ferro Caaveiro. Al fondo se encuentra la Iglesia de San Benito erigida en el S. XVIII y en uno de sus laterales se halla el Real Convento de Santa Clara que alberga el claustro barroco más grande de España. El Convento de Santa Clara fue fundado por Violante la mujer de Alfonso X en 1268.

En cuanto me adentro en el casco histórico, Cooper se muestra muy alegre y vivaz, probablemente porque este día las temperaturas habían bajado, por fin, varios grados.





En nuestro paseo, llegamos a la Plaza de Eiró donde se encuentra la Iglesia de San Pedro de finales del XII, si bien su torre actual se construyó en los siglos XVII y XVIII.


Muy cerca se encuentra el Conjunto Escultórico O Boy obra de Arturo Andrade y que hace referencia a la Festa do Boy. Aunque la fotografío, no pongo demasiado interés en saber el origen de esta fiesta pues me molesta profundamente la manía de fastidiar, cuando no torturar, a pobres animales indefensos en las fiestas de muchos de los pueblos de España. Cuando llego a Madrid me entero de que tiene su origen en las disputas medievales entre judíos y cristianos y lo que se rememora es la arremetida de Juan de Arzúa montado sobre un toro contra unos judíos que se burlaban de los cristianos durante la celebración del Corpus. Por este motivo, durante el Corpus se suelta un buey por el pueblo aunque atado por una cuerda. Ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico.

Y enseguida desembocamos en la Plaza Mayor en la que ese día hay un mercadillo, lo que siento pues me impide tener una buena vista de la iglesia románica de Santiago. En esta plaza, se encuentra también el edificio del Ayuntamiento.




Una cosa que me sorprendió fue descubrir en pleno casco antiguo una selección de tiendas outlets de marcas de moda de diseñadores no sólo gallegos (Roberto Verino, Adolfo Domínguez, Massimo Dutti, Angel Schlesser). Excepto un par de ellas, todas se concentran en la Rúa Fonteiriña y la Rúa da Cruz


Durante nuestro paseo voy admirando hermosas casonas y palacios señoriales.


Y de pronto, sin previo aviso, empieza a llover al principio suavemente y en apenas unos minutos cae una tromba de agua tal que salgo corriendo a refugiarme en el coche. Por unos momentos me quedo indecisa sin saber muy bien que hacer ; no sé si esperar a que se despeje para subir al Monte do Castelo donde según me informaron en la Oficina de Información y Turismo hay un mirador con una bonita vista sobre el pueblo o proseguir mi viaje hacia tierras portuguesas. Finalmente y ante el temor de que tarde en escampar, me decido por esta última opción. 

Chaves.
Me dirijo pues a Chaves un pueblo de Portugal que está a 27,5 Km. de Verín, este último todavía en la provincia de Orense. Lo paso de largo aún cuando sé que tiene un buen número de casas del siglo XVI con soportales y galerías acristaladas además del famoso Castillo de Monterrei. Pero lo cierto es que a esta altura del viaje y como acaba por sucederme también en los museos, estoy ya saturada de ver tantas cosas. Llega un momento en que siento que no soy capaz de apreciar más y que necesito un poco de descanso y reposo mental para que lo visto sedimente.

Por eso opto por lo que más me apetece que no es otra cosa que ir a pasar la tarde tranquilamente en el Hotel Quinta da Mata donde tengo reservada una habitación para esta noche. El hotel, se encuentra en las afueras por eso no voy directamente sino que antes hago una breve parada para dar un paseo y comer en Chaves.



Elijo un pequeño y encantador restaurante, el Paprika & Cacau, que está al lado del Castillo. En la actualidad, del castillo sólo se conserva la torre del homenaje. En su interior se encuentra el Museo Militar. Fue declarado Monumento Nacional en 1938.

Durante la comida compruebo lo que observo no sólo en mis viajes sino también en mis paseos diarios con Cooper y es que él es el principal vínculo que me une a los desconocidos. Probablemente sea así con la mayoría de los perros, pero al tratarse de un perro tan guapo la verdad es que raro es el día que alguien no se me acerca empezando siempre la conversación por una exclamación admirativa de mi interlocutor del tipo-¡Qué perro tan bonito!.

Las personas que se me acercan en esta ocasión me cuentan que Chaves recibe la visita de muchos turistas atraídos por sus Termas cuya existencia desconocía; integradas en el centro urbano, se encuentran al final de los Jardines de Tabolado que discurren al lado del río y se remontan al Imperio Romano.










Después de comer, me acerco a visitar la cercana Plaza Camoes donde se encuentran los monumentos más importantes de la ciudad como La Iglesia Matriz, La Iglesia de la Misericordia, La Capilla Loreto, el Palacio de los Duques de Braganza o el Ayuntamiento. Es justo enfrente de este último que se encuentra una estatua de Don Alfonso I , Duque de Bragança.



Tras visitar la plaza de Camoens me dirijo, por fin, al hotel. Cuando llego allí descubro encantada que el hotel reúne todas las condiciones para pasar una tarde tranquila como había proyectado. Situado a tan solo 3 Km. de Chaves se encuentra rodeado de vegetación así es que en cuanto bajo mi equipaje y saludo al hijo del dueño que me va atender durante mi estancia y que es cortés, amable y atento, me voy a dar un paseo con Cooper para conocer las instalaciones, la piscina, la cancha de tenis, la zona donde guardan un montón de animales…



Pero antes tenemos que esperar a que descargue una tormenta que está justo sobre nuestras cabezas. En apenas unos minutos el cielo parece haber entrado en cólera y descarga, furioso, truenos, rayos y relámpagos acompañados de una intensa lluvia. Pero apenas unos quince minutos después y como si se tratase de un milagro, el cielo se despeja de nubes y el sol vuelve a poner un destello de luz deslumbrante sobre el campo.



 
Cooper se muestra alborozado y en cuanto salimos de la zona techada en la que nos hemos protegido de la tormenta se pone a jugar con un tronco loco de contento. Al verlo y participar también de sus juegos experimento la misma alegría.


Por eso cuando me ve acercarme al coche se tumba casi adherido como un lapa al suelo y me mira como diciendo -"Que necesidad tenemos de irnos de un sitio tan estupendo como este"... Yo soy de la misma opinión, pero quiero aprovechar la luz maravillosa que nos rodea para fotografiar el río Tâmega a su paso por Chaves. La ciudad cuenta con cuatro puentes para atravesar dicho río; desde uno de ellos fotografío el Puente Romano también conocido como Puente de Trajano, por haber sido edificado en el tiempo de aquel emperador (siglo I) y que une el casco antiguo con El barrio de la Magdalena.






Al descubrir al principio del puente toda una zona de bares con terrazas pienso que debe ser un sitio agradable para la cena, pero he dicho en el hotel que iba a cenar allí y no quiero dejar de cumplir con mi palabra.

Ceno sola en una mesa muy larga en un comedor lleno de muebles y objetos antiguos. Cooper me espera tumbado al fondo de un largo pasillo parte del cual tiene que recorrer desde la cocina el chico que me sirve la mesa. Mientras oigo sus pisadas según se acerca con la bandeja, en medio de aquel silencio, me siento como una marquesa arruinada al final de sus días y de repente rescato del fondo de mi memoria los versos del poeta de la llamada Generación del 50,  Jaime Gil de Biedma (Barcelona 1929/1990):

En un viejo país ineficiente
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado,
entre las ruinas de mi inteligencia.

Esa noche duermo de un tirón como no podía ser de otro modo en una cama tan cómoda y con unas preciosas sábanas de hilo.

Me voy con pesar al día siguiente aunque encantada con mi breve incursión portuguesa. Por eso quizás para prolongar la magia de esta últimas horas, cruzo la frontera escuchando el CD del concierto que  la magnífica cantante de fados Mariza dió en Lisboa. Una y otra vez escucho mi favorita, "Montras". Poco a poco dejo atrás Chaves …

https://www.youtube.com/watch?v=ppgim8oQbDc


Hotel Quinta da Mata.
Estrada Nacional 213. Chaves (Portugal)
Teléfono: 351 276 340 030
http://www.quintadamata.net/site/

2 comentarios

  1. Me ha encantado! Vivo en la frontera con Chaves, es un lugar que me encanta, de hecho celebramos el banquete de nustra boda en Chaves, en concreto en la carpa de la maravillosa Quinta da Mata!!!! Un saludo!!!

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  2. ¡Qué suerte vivir por esa zona! y ¡qué buen sitio para celebrar una boda!. Yo cuando vi la carpa pensé que era un sitio maravilloso para celebrar alguna fecha señalada.¡Otro saludo para ti!

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