Viajes con mi perro

Pazo Larache.Santa Cristina de Cobres. Vilaboa. Pontevedra.


El Pazo Larache, es un precioso hotel construido en una casa rehabilitada del S.XVIII que cuenta con ocho habitaciones y un apartamento y en el que me siento a gusto desde el primer momento no sólo por la cordialidad y amabilidad de la pareja que lo gestiona sino también porque cuenta con un hermoso jardín con piscina y está rodeado de una extensión de campo de cincuenta y cinco mil metros cuadrados lo que hace del hotel un sitio perfecto para ir con perro.


A unos metros de la piscina sale un sendero que discurre al lado de la Ría de Vigo y por el que doy un paseo nada más llegar con la amiga que me acompaña en esta parte del viaje. Nos acompaña Cor, un precioso border collie de cinco meses propiedad de la pareja que gestiona el hotel, y por supuesto Cooper. Una señora que pasea con su perro me explica que aún nos queda un trecho para terminar todo el recorrido y que la isla que se divisa desde el camino es la Isla de San Simón que está unida por un puente a la de San Antón. Aunque en la actualidad está deshabitada a lo largo de la historia fue utilizada como monasterio, lazerato, hogar para niños huérfanos... Nuestra informante nos cuenta que a partir del estallido de la guerra civil española y hasta 1943 también fue utilizada como campo de concentración para los presos opositores al franquismo.

Como curiosidad comentar que allí se rodó la parte final de la adaptación que Antón Reixa realizó de la novela El Lápiz del Carpintero de Manuel Rivas.

Ambas islas fueron declaradas Bien de Interés Cultural desde el año 1999.


Es tarde por lo que decidimos regresar al hotel a cenar. Estamos además cansadas pues hemos salido esta mañana de Sada donde hemos pasado un par de noches, pero en lugar de hacer el viaje directo hasta aquí, a la altura de Santiago de Compostela tomamos la carretera que nos lleva a Noia para desde esta localidad recorrer unos kilómetros por la costa.


La primera parada la hicimos en Noia que nos resultó decepcionante en parte supongo porque la ría está baja y también porque salvo la Iglesia de San Martín que me resultó muy bonita no tiene demasiado interés.


Por supuesto aprovechamos para probar su famosísima empanada de berberechos hecha con harina de maíz y que compramos en la Panadería do Couto.


El camino hacia Muros nos parece sin embargo precioso, las vistas sobre la ría son muy bonitas y vamos rebasando pueblos que también lo son como Esteiro, aunque desgraciadamente y como me ocurre a menudo, me fijo en construcciones que son un atentado al buen gusto y que impiden disfrutar de un paisaje que con menos edificios debió ser de una belleza prodigiosa, pues a pesar de ellos sigue siéndolo.

Muros.

Muros en cambio no tiene ningún edificio que rompa con el paisaje y todas las casas mantienen la misma altura, muchas de ellas con casas acristaladas que recuerdan a las de La Coruña.

Damos un paseo por Muros que conserva buenas muestras de arquitectura popular gallega y subimos hasta la parte alta de la villa hasta toparnos con la Iglesia Parroquial, el edificio religioso más imporatante de la villa mandada construir por Don Lope de Mendoza en el siglo XIV.


Tras el paseo a pie por Muros nos dirigimos a Carnota donde se encuentra la playa del mismo nombre.


En Carnota se encuentra uno de los hórreos más grandes de toda Galicia (34,74x1,90) construido en el siglo XVIII (1768/1783); se encuentra al lado de un palomar y la Iglesia de Santa Comba. Al igual que los hórreos asturianos la función de los hórreos gallegos fue la de preservar las cosechas sobre todo de patatas y maíz. Al estar separados de suelo se evitaba su destrucción por la humedad y fuera del alcance de ratas y otros roedores.


Cuando estoy haciéndo fotos, también al hórreo que está enfrente, observo que Cooper que parece haber aprendido a posar para mí se acerca al hórreo grande y se pone a caminar justo por un sendero que hay entre los 22 pares de pies sobre los que se sustenta el mismo.


Mientras le hago un montón de fotos pienso que Cooper es un perro perfecto pero me entran dudas cuando ya hemos aparcado el coche y empezamos a caminar por un sendero de madera hacia la playa pues se escapa a bañarse en un arroyo cercano y me tiene un buen rato pidiéndole que me siga. Realmente la obediencia no es uno de sus puntos fuertes.





La playa de Carnota que con sus 7 Km. está considerada como la más grande de Galicia.
Cooper jugando en la Playa de Carnota.
La playa con más de 7Km. de longitud, está considerada como la más larga de Galicia y está entre las 100 mejores del mundo según la revista alemana Traum Strände. La publicación incluye un reportaje titulado "Galicia, jardín del edén en España" en el que incluye fotos de las Cíes, Carnota, Baiona y las dunas de Corrubedo siendo los arenales de Galicia los únicos que aparacen en dicha publicación.

Yo la verdad es que supe de su existencia gracias a una persona que me escribió al blog recomendándomela y sugiriéndome que fuese en septiembre donde sin duda no tendría ningún problema para ir con Cooper, como efectivamente así fue. El agua ese día está con una temperatura agradabilísima así es que disfruto enormemente dándome un baño con Cooper y jugando con un palo que encontramos en la arena.

Carnota está muy cerca de Ézaro, Corcubión y Finisterre, pero nosotros sólo nos acercamos a la primera localidad. Todavía tenemos por delante el viaje hasta el Pazo Larache y no me gusta conducir de noche por carreteras que no conozco.


En Ezaro nos acercamos a conocer la famosa cascada del mismo nombre que forma el Río Jallas en su desembocadura al mar. Es la única cascada de Europa que desemboca directamente en el Oceáno Atlántico. Desde Ezaro se puede subir en coche hasta el mirador del Monte Pindo también conocido como "el olimpo de los celtas". Las vistas según parece son espectaculares, pero si decido dejar para otra ocasión la visita a Corcubión y Finisterre con más motivo a este mirador pues había leido que la subida de unos 3 kms. tiene muchos desniveles. Así es que seguimos camino hasta el Pazo Larache donde pasamos esa primera noche.

Al día siguiente y contra todo pronóstico vuelve a ser un día soleado y caluroso(si la crisis del 2008 me ha hecho perder la fe en la Economía, este viaje me ha hecho perder la fe en la Meteorología) y animadas por el buen tiempo tomamos la peor decisión del viaje, acercarnos a conocer las salinas de Ulló.

Y es que lo único que queda de las mismas es su nombre pues su explotación se remonta al reinado de Felipe IV en el XVII,  comenzando su explotación por el Colegio de Jesuitas de Pontevedra en 1694 alcanzando gran importancia en los siguientes años. Tampoco nos encontramos como esperábamos con una gran diversidad de aves- en realidad solo vimos 5 patos- y el paseo con la visión de la ría baja que en ese momento era puro lodo tampoco nos pareció que mereciese la pena salvo algunos tramos del camino que discurren con vides a los lados.

Tras la decepción el regreso se convirtió a causa del calor en una tortura, también para Cooper, de la que nos desquitamos tomando una cerveza en el hotel antes de nuestra excursión a la maravilllosa Playa de Nerga.


Y es que si las salinas constituyeron una decepción enorme, la playa resultó ser una maravillosa sorpresa. De arena blanca como todas las que fuimos divisando el día anterior por la carretera, con el agua azul límpisima y las Islas Cíes al fondo, nos parece una maravilla.

Playa de Nerga.
Además no hay apenas gente por lo que a nadie pareció molestarle la presencia de Cooper y si unas bonitas barcas que me parecieron perfectas como motivo fotográfico.




Hay un solo chirnguito en la playa donde comemos unos bocadilllos por cierto deliciosos, con la vista puesta en las Islas Cíes.


Tras la comida, nos acercamos a Hío una parroquia donde se encuentra su famoso crucero considerado el más importante de Galicia. Obra del escultor pontevedrés Jose Cerviño hacia 1872, casi todo el crucero se elaboró con una sola pieza de granito a excepción de un par de figuras añadidas.

Plaza de san andrés con su famos cruceiro y la iglesia parroquial de San Andrés(S.XII) al fondo.

Frente a la iglesia y el crucero se encuentra la casa rectoral construida en el s.XVIII por Ventura de Aldao.


Desde el parking contiguo a la iglesia y donde dejamos el coche hay una magnífica vista sobre la Ría de Aldán. Esta es una pequeña ensenada que baña tres parroquias de la peninsula del morrazo donde nos encontramos (así se llama a la península que esta entre la Ría de Vigo y la de Pontevedra) : Hio,
Aldán y Beluso.


En nuestro paseo por Aldán, me fijo en unos hórreos sobre la ría que me recuerdan un poco a Combarro, el pueblo de pescadores conocido por sus hórreos a orillas del mar y que visité el año pasado. Al observarme fotografiar sus hórreos la dueña de la casa nos invita a pasar a su jardín, gesto que me conmueve especialmente en una época en que parece que cada vez desconfiamos más unos de otros.


Tomamos un café en la terraza de un bar mientras contemplo la imagen de un señor en su barca que me transmite una agradable sensación de paz y serenidad.



Muy cerca de Aldán se encuentra el Cabo Home. Todo el mundo sin excepción nos ha recomendado subir a contemplar desde allí la puesta de sol, pero mi amiga ha quedado para cenar con uno de sus hermanos que vive en Pontevedra, así es que tenemos que regresar para que le de tiempo a llegar puntual a su cita.

Esa noche ceno solo en la terraza del hotel bajo un cielo estrellado y con una temperatura agradabilísima. Durante la cena y al hablar yo entusiásticamente de la Playa de Nerga, me cuentan que en realidad en la Ensenada de Nerga hay tres playas una de ellas nudista y en una de las cuales, supongo que será está última, permiten la entrada de perros.

Tras la cena, me entretengo un buen rato buscando información sobre las playas de la zona y encuentro esta página de enorme interés que copio aquí porque supongo que a las playas de difícil acceso aquí reseñadas debe ser posible bajar con perro.
http://www.cangas.org/playas_cangas_cast.php

Aunque estoy cansada no me apetece retirarme a dormir, pero finalmente se impone la prudencia y me retiro a mi cuarto, lo que agradecí al día siguiente en que me sentí llena de energía en la visita a Pontevedra y durante el viaje que hice ya sin la compañía de mi amiga hacia Orense.


Hotel Pazo de Larache.
Santa Cristina de Cobres. Vilaboa. Pontevedra.
Teléfono 986 673812
http://www.pazodelarache.com/

Otro hotel que admite perros en Vilaboa:
Hotel San Luis.
Carretera Vilaboa-Paredes, 34. Vilaboa. Pontevedra.
Teléfono 986 708311
http://www.hotel-sanluis.com/


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