Hotel Echaurren. Ezcaray. La Rioja.

Tras pasar dos días en el magnífico Hotel Torre de Uriz en Uriz (Navarra), nuestro siguiente y último destino es Ezcaray, en La Rioja. Si elegimos esta localidad para pasar la última noche de este viaje, es porque para llegar a ella tenemos que pasar por localidades de interés como Puente de la Reina que finalmente no visitamos, Estella y Viana todavía en la provincia de Navarra y ya muy cerca de Ezcaray, San Millán de la Cogolla. Y también porque en Ezcaray se encuentra el Hotel Echaurren que admite perros.

Pero antes de visitar Estella, nos dirigimos a buscar mi coche que habíamos dejado aparcado a las afueras de Pamplona dos días antes para hacer el viaje con mis amigos en el mismo coche hacia tierras navarras. A partir de aquí, Cooper y yo continuamos nuestro viaje de nuevo en mi viejo utilitario, siguiendo el camino que nos va marcando el coche de mis amigos y su tontón.

Llegamos a Estella en un día soleado y caluroso y aparcamos en un parking que está al lado de la estación y desde allí, nos dirigimos a la Plaza San Francisco de Asís donde hay una Oficina de Información y Turismo frente a la cual se encuentra una estatua dedicada al "Auroro". Se llaman Auroros a los vecinos que al amanecer recorren las calles entonando canciones para despertar a los vecinos durante las fiestas de ciertos pueblos de Navarra. Esta costumbre tiene su origen en el siglo XVIII en el que se acostumbraba a rezar el rosario al amanecer, de ahí que se conociese como el rosario de la aurora. Lo que no sé es cual es el origen del famoso dicho"acabar como el rosario de la aurora".

En la Oficina de Información y Turismo, nos enteramos de que en Estella existe un Museo del Carlismo, debido a lo ligado que este movimiento político ha estado a Navarra, habiendo sido Estella el principal foco de rebelión. El carlismo fue un movimiento que surgió en siglo XIX y que tuvo como consecuencia tres guerras civiles entre los liberales, partidarios de Isabel II hija de Fernando VII, y los carlistas partidarios del hermano del rey, Carlos Maria Isidro.

Pero no nos planteamos ir a visitarlo, preferimos dar un paseo por el casco antiguo y acercarnos al barrio de San Pedro y al de San Miguel.

Empezamos nuestra visita en el primero, atravesamos el Río Ega y llegamos a la Plaza de San Martín y ascendemos las escalinatas que nos llevan a la Iglesia de San Pedro de la Rúa de estilo cisterciense con una bella portada de arco polibulado y un bonito claustro románico.

Bajamos de nuevo las escalinatas y caminamos por la Rúa de Curtidores donde nos llama mucho la atención un precioso palacio plateresco donde se encuentra la Casa de Cultura Fray Diego de Estella. Atravesamos de nuevo el río por el Puente de la Cárcel hasta llegar a la Iglesia de San Miguel para finalmente llegar a la Plaza de los Fueros y allí nos sentamos en una terraza donde comparto unas tapas riquísimas con mis amigos.

Iglesia de San Miguel.

El café en cambio decidimos ir a tomarlo a la cercana Viana; así es que cogemos el coche recorremos los 43 kms que nos separan de esta localidad y nos dirigimos a la plaza donde está el Ayuntamiento, y allí nos sentamos en una terraza frente a la Iglesia de Santa Maria.

Iglesia de Santa Maria.

Nuestro paseo por Viana termina en la Iglesia de San Pedro que fue ocupada por los liberales en la Primera Guerra Carlista y destrozada casi por completo. En el 2010 se acondicionaron las ruinas para que sean visitadas, sacándose también a la luz en ese año unos frescos ocultos por capas de pintura.

A esta altura del viaje estamos ya cansados así es que nos dirigimos en coche hacia Ezcaray dudando si hacer una parada o no en San Millán de la Cogolla que nos queda de paso.

Afortunadamente, nos decantamos por hacer esta última parada pues es en esta localidad donde están los Monasterios de Suso y Yuso en el Valle de San Millán, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.

El Monasterio de Yuso.

Aparcamos el coche frente al Monasterio de Yuso al que naturalmente no me dejan entrar con Cooper. La chica que vende los tickets para la visita, ella misma propietaria de un perro, intenta convencerme sin éxito de que deje a Cooper en el coche durante la hora que dura la visita guiada, pero prefiero pasear con él por el alrededor del monasterio convencida de que no voy a quedarme a gusto dejándolo solo en el coche. Mientras mis amigos hacen la visita guiada, yo me doy un bonito paseo por el exterior. Además aprovecho para leer sobre este lugar lleno de historia.

Y así, descubro que en el S.VI el eremita visigodo Millán, Emiliano o Aemilianus y originario de Berceo, se retiró a vivir y orar en una cueva de la zona. Fallece en el 574 siendo enterrado en una tumba excavada en la misma cueva. Con posterioridad se edificó en este lugar el Monasterio de Suso. Fue en la biblioteca de este monasterio donde se encontró las glosas Amelianensis, anotaciones en los márgenes en romance. También aparecen las primeras anotaciones en euskera. Por esta razón se le considera cuna de los romances hispanos y también del euskera.

Cuenta la leyenda que el rey de Nájera, D.Garcia, ordenó el traslado de los restos del santo del Monasterio de Suso al de Santa Maria de la Real de Nájera y que al llegar al valle los que transportaban la arqueta quedaron como clavados en el suelo lo que interpretaron como voluntad del santo de no abandonar el valle por lo que el rey mandó construir en ese lugar otro monasterio al que llamaron Monasterio de Yuso. Hasta el año 1100 coexistieron los dos monasterios el de arriba( Suso) y el de abajo (Yuso) con sus respectivas comunidades, pero a partir del SXII solo hay una comunidad de monjes en el monasterio de abajo. En la actualidad acoge a frailes de la orden de Agustinos Recoletos.

Leo también que el primer escritor español de nombre conocido, Gonzalo de Berceo ( Berceo. 1190-1264) recibió su primera y esmerada educación en el Monasterio de Suso.

Monasterio de Suso.

Y mientras leo todo esto sentada en un banco, de vez en cuando levanto la vista del folleto para observar a lo lejos al Monasterio de Suso que parece estar invitándome a que me acerque. Una señora, vecina de San Millán de la Cogolla, me indica que está prohibido subir en coche particular y que está a 20 min a pie por un camino que parece muy bonito, pero la verdad es que estoy tan cansada que prefiero continuar esperando a mis amigos en la terraza de un café que está enfrente del Monasterio de Yuso y que está regentado por ¡dos chinas!.

Y un rato más tarde, cuando mis amigos terminan la visita guiada, nos dirigimos a Ezcaray donde tenemos reservadas habitaciones en el Hotel gastronómico Echaurren. Cuando llame para reservar habitación me habían advertido que los perros eran aceptados en las habitaciones estándar más baratas porque no habían sido reformadas como las del segundo piso que es donde se alojan los huéspedes sin mascota.

Iglesia de Santa Maria la Mayor con su balconada de madera.

Así es que mientras mis amigos se alojaron en estas últimas Cooper y yo fuimos a las estándar. Yo la verdad es que encontré la mía muy agradable con un no menos agradable balcón cuajado de gitanillas en flor y frente a la fachada principal de la Iglesia Santa Maria la Mayor. Pegado a la iglesia está el Palacio Angel del S.XVIII, uno de los varios palacios blasonados que hay en Ezcaray.

Cooper frente a la Iglesia de Santa Maria la Mayor.

Me acerco con Cooper, ya de noche, a fotografiarlos y dar un paseo por las cercanas Plazas de la Verdura y la del Quiosco.

Tras el paseo lo dejo solo en la habitación y me bajo a cenar con mis amigos que tuvieron el detalle de invitarme a modo de despedida. Y es que el hotel es famoso por su Restaurante el Portal del Echaurren, siendo el primer restaurante en la historia de la Rioja en conseguir una Estrella Michelín. Dado que el menú degustación de ese restaurante era muy caro para nosotros, creo que entre unos 60 a 80 €, nosotros nos conformamos con tomar un menú por un precio mucho más asequible, 20 €, compuesto por tres platos y un postre y que nos pareció estupendo.

El restaurante estaba muy animado y con muchas turistas extranjeros. Dado como está nuestro país a mi me dio mucha alegría ver que por lo menos aparentemente, hay un sitio que va no del todo mal. Pero esa percepción algo más optimista, desaparece por completo al día siguiente cuando en el camino de regreso a Madrid, escucho en la radio del coche un informe de Cáritas según el cual en España hay 3 millones de personas que viven con menos de 300€ al mes.

Si esa noticia en sí misma ya me resulta escandalosa, el saber que en los presupuestos generales del estado ha habido un aumento en la partida destinada a coches oficiales no hizo más que aumentar esa sensación de escándalo. Y un poco más tarde, ya en Madrid, cuando saco a Cooper por la noche por el barrio, la imagen cada vez más frecuente de gente con los carritos revolviendo en los cubos de basura algunos con medio cuerpo metido en los contenedores para sacar todo tipo de objetos, me hace volver a una realidad de la que estuve tan lejos en estos días de este mi último viaje en el que Cooper me ha llevado de nuevo a seguir conociendo España.

Si siempre he sido una persona que valora como un privilegio hasta las cosas que todo el mundo siempre da por sentado empezando por la vida misma, la salud o hasta las comodidades más elementales, ahora que uno puede ver hasta en la puerta de su casa a tanta gente a las que le han ha sido arrebatadas estas últimas por esta crisis, la sensación de privilegio ya es total. Y no digamos el privilegio que suponen para mí estos viajes con mi perro que ojalá pueda seguir haciendo...