Viajes con mi perro

Liérganes (Cantabria)



Hace calor, mucho calor, cuando llegamos a Liérganes (Cantabria). Es un calor húmedo y pegajoso que aumenta la sensación de bochorno y que parece presagiar lluvia y tormentas. Por eso, en cuanto dejamos el equipaje, salimos a dar un paseo por el pueblo pues pretendemos acercarnos por la tarde, antes de que se estropee el tiempo, a conocer la playa de Somo.



Declarado de interés histórico artístico en 1978 y elegido como uno de los pueblos más bonitos de España, el núcleo urbano de Liérganes está asentado a los pies de dos elevaciones, Marimón y Cotillamón, popularmente conocidas como "Las Tetas de Liérganes".

A la derecha, La Casa de los Cañones en la Plaza del Marqués de Valdecilla en el corazón del barrio del Mercadillo. Al fondo "Las Tetas de Liérganes"
El Mercadillo que es como se conoce a la parte vieja de Liérganes, cuenta con casonas populares y otros edificios de interés como el palacio Cuesta Mercadillo o palacio de Rañada, las casas de los Setién y los Cañones y la iglesia de San Sebastián.


Pero tras un primer contacto con el pueblo, empezamos a mostrarnos más interesadas por buscar un sitio donde comer pues ya son casi las 15h.


Elegimos un restaurante que se llama La Giraldilla pues cuenta con un jardín muy agradable en el que doy por supuesto que van admitir a Cooper sin problemas; en realidad, no parece preocuparles mucho su presencia y a juzgar por los carteles que llenan el establecimiento profusamente saco la conclusión de que se hubiesen sentido más preocupados si llego a aparecer de la mano de un niño. Le pregunto al camarero y me responde que el problema no son los niños y/o los perros, sino algunos padres y algunos dueños. No puedo estar más de acuerdo.



Durante la comida hablo con la amiga que me acompaña en este viaje de la mala impresión que nos ha producido la habitación del hotel. Aunque me veo obligada a matizar este punto, porque aunque efectivamente fue así, la habitación era amplia y luminosa con un ventanal que da a un jardín, estaba limpia y aunque por su sencillez parecía de estética monacal yo me sentí muy a gusto el par de días que estuvimos allí. El problema es que nos la cobraron a un precio propio de un hotel de categoría muy superior. Y esa sensación se acrecentó cuando al día siguiente comprobamos que el desayuno era muy pobre, poco variado y con productos de poca calidad. Así es que la relación calidad precio nos pareció mala y yo sentí que estaba pagando un precio muy superior al que creo se merece el hotel. Es cierto también que, y eso me pareció extraño, el precio va cambiando por días y que yo y no sé si fue un error del hotel o mío, cuando hice la reserva entendí que el precio era otro. Si hubiese sido inferior y más acorde con los servicios prestados lo hubiese pagado con gusto por las ventajas que ofrece, no sólo las citadas, sino también a principal para mí: Cooper fue bienvenido.

Cooper dándose un chapuzón en el río Miera, bajo el Puente Mayor.
Decididas a que nada nos estropee el viaje rápidamente cambiamos de conversación y seguimos dando un paseo por el pueblo y nos acercamos al Puente Nuevo donde Cooper no duda en pegarse un chapuzón. Todo el entorno es muy bonito así es que nos quedamos un rato contemplando como se baña.

La escultura del Hombre Pez, obra de Javier Anievas.
Junto el puente se encuentra el Centro de Interpretación del Hombre Pez situado en un antiguo molino harinero al lado del cual se encuentra una escultura del Hombre Pez. Cuenta la leyenda que en 1674 Francisco de la Vega, el conocido como hombre pez, desapareció en la ría de Bilbao y que fue hallado por unos pescadores 5 años más tarde en la bahía de Cádiz  cuando ya había sido dado por muerto y que la primera palabra que dijo fue Liérganes.

Cooper frente a los jardines del Gran Hotel.
Y ahora nos vamos al Hotel Termas de Liérganes donde estamos hospedadas, atravesando un parque muy bonito de tres hectáreas y con árboles centenarios de gran tamaño que se encuentran frente al otro hotel con el que cuenta El Balneario, el Gran Hotel Balneario, pero que no admite perros. (Aunque conocí a una huésped del hotel que había dejado a su perro en casa de una señora que cuidaba perros en el mismo pueblo y cuya dirección le facilitaron en el hotel)

Hall del Gran Hotel Balneario.
Nos acercamos a recoger el coche que tenemos aparcado en una pradera frente la hotel que hace las veces de parking de superficie para acercarnos a Somo que está a tan solo 20 kilómetros y cuyo principal atractivo es su playa de dos kilómetros de arena fina y dorada que se extienden desde las dunas del Puntal hasta la playa de Loredo.


La playa gracias a su intenso oleaje es frecuentada por personas que practican el surf. Mi amiga se pega un baño mientras yo me quedo con Cooper y después vamos caminando hasta el puerto de donde sale un barquito que une Somo con Santander. En el barco está permitido ir con perros y aunque hay un cartel que indica que deben ir atados y con bozal, yo vi subirse a uno sin este último.


Al lado del puerto de donde sale el barco se encuentra un trozo de arenal donde permiten la entrada con perros. La marea está alta y la playa no parece gran cosa, pero un chico que pasea con un bóxer me asegura que es de lo más agradable con la marea baja.

La playa donde admite perros.
Cuando regresamos al hotel disfrutamos de un baño en una piscina termal climatizada de agua minero medicinal que se encuentra en el jardín y que es lo que más nos gusta del hotel. La temperatura del agua es de 31º a 32º lo que hace que el baño resulte de lo más relajante. Esa noche y la siguiente cenamos en la terraza de un restaurante que se llama La Puerta del Sol. Una de esas noches descubrí algo que no tenía ni idea y es que en Liérganes se produce una cerveza artesana de producción limitada y gran calidad, la cerveza de DouGall´s.

La Puerta del Sol.
Y llegamos así al que será nuestro último día en Liérganes. Para ese día habíamos proyectado una excursión a los Valles Pasiegos que abarcan el territorio de los ríos Pas, Pisueña y Miera y que recorren del norte al sur de Cantabria y que hacen de separación natural entre la zona oriental y la occidental. El término pasiego se refiere a los habitantes de los valles, siendo Vega del Pas, San Pedro de Romeral y San Roque de Riomiera los núcleos más importantes de la población.

Sin embargo, el día amanece gris y nuboso por lo que una chica encantadora que trabaja en recepción nos lo desaconseja taxativamente, por lo que decidimos hacer una excursión a Cabárceno que se encuentra a tan solo 8,3 km para visitar el famoso Parque de la Naturaleza del mismo nombre.


Para llegar hasta allí transitamos por una preciosa carretera comarcal admirándonos como nos sucede durante todo el viaje, de lo cuidado que está todo y de la cantidad de preciosas casonas que vamos encontrando aquí y allá por el camino.

El Palacio de Elsedo.
También pasamos por delante del Palacio de Elsedo que desgraciadamente está cerrado. Ubicado en Pámanes data del siglo XVIII y fue declarado Bien de Interés Cultural. En la actualidad alberga un Museo de Arte Contemporáneo con esculturas de Oteiza, Chillida, Berrocal...además de pintura de María Blanchard, Zabaleta, Gutiérrez Solana, por citar solo algunos.


Según vamos acercándonos al parque empieza a llover, primero suavemente más tarde con intensidad y ya nos abandona la lluvia durante toda la visita. Mucho y muy elogiosamente me habían hablado del parque, pero la verdad es que no me decepcionó en absoluto, todo lo contrario.


El parque se encuentra situado en una antigua mina de extracción de hierro en el valle del Pisueña; con un recorrido de más de 20 kilómetros que se puede realizar en coche, bici o a pie cuenta con un teleférico desde el 2016 que realiza diferentes trayectos. Comprendo que haya gente que me haya contado que dedicó todo el día a la vista, pues además de ver a los animales hay espectáculos de aves rapaces y también de leones marinos. Nosotras realizamos el recorrido en coche bajándonos en alguno de los sitios. Cooper nos acompaña puesto que está permitido el acceso con perros y solo se mostró inquieto ante la visión de las avestruces cosa que me sorprendió pues las ha visto a menudo en el Parque de Isabel la Católica de Gijón.

Guepardo.
Cobo de agua con su característico círculo blanco en la grupa.




Cebra común.
A mí de los animales que más me gusta contemplar es el oso pardo que siempre me recuerdan por su parsimonia a Cooper y sobre todo observar a los elefantes y en particular a una mamá elefante que pasea con una cría muy pequeña y que me dedico a observar mientras mi amiga se sube al teleférico a donde no está permitido subir con perro.


El viaje en teleférico está incluido en el precio de la entrada que nos sacaron desde el hotel con un pequeño descuento de 3€ sobre el precio oficial.




Como no deja de llover y no tiene pinta de dejarlo, decidimos volver a Liérganes para dedicar la tarde a hacer "vida de balneario".

El Balneario de Liérganes se abre en 1862 correspondiendo su mayor esplendor a principios del siglo XX época en que los reyes de España comenzaron a utilizar sus instalaciones aprovechando su estancia en el Palacio de la Magdalena, lo que provocó que toda la vida girase en torno al balneario lo que dio lugar al desarrollo urbanístico de Liérganes construyéndose la estación del tren, el teatro, el puente nuevo, los paseos arbolados y la costumbre de acudir a Liérganes a tomar chocolate con churros, costumbre que sigue, por cierto, vigente y con la que yo cumplí esa misma tarde después de pegarme un baño en la piscina climatizada. Parece que hay tradición pastelera en Liérganes: son muy famosos los sacristanes, unos lazos de hojaldre cuya fórmula parece que trajeron los belgas que vinieron a trabajar a la fábrica de cañones.(Parece ser que la primera industria armamentística del país estuvo en Liérganes y La Cavada entre 1622 y 1835 en la que se producía artillería para la defensa del Imperio español)

Portalada de Carlos III en La Cavada.(construida en 1784), declarada Bien de Interés Cultural.
Y después, justo antes de una frugal cena, me hago uno de los tratamientos que oferta el balneario y que tiene un descuento del 10% por estar alojada en el Hotel Termas de Liérganes.



Esa noche, la última en Liérganes, duermo plácidamente. Al día siguiente regresaremos a Gijón pero tenemos pensado aprovechar el viaje de vuelta para acercarnos a Bárcena Mayor, pero esa visita queda para la siguiente entrada...

Hotel Termas de Liérganes.                              
        
http://www.hoteltermasdelierganes.es/
*Cobran 7 €/día de suplemento por el perro.

También admiten perros en Liérganes:

La Casa del Chileno
http://www.lacasadelchileno.es/

Casa Carmín
Calle Deán Martínez Matas

Y en Solares (a 10 km de Liérganes)

Hotel Los Guardeses
http://www.losguardeses.es/

Y en Ribamontán al Monte (a 17, 6 km. de Liérganes)

Casona Camino de Hoz
http://caminodehoz.com/

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