Cuenca
Cuenca con perros
la ciudad encantada.Parque nacional de la serranía de Cuenca
laguna de Uña
Nacimiento del río Cuervo
Uña
Hotel Castillo de Uña. Uña (Cuenca).
En mi mente aparecemos, como entonces, sentados alrededor de una mesa tomando el aperitivo, en el patio del hotel mientras contemplamos los juegos de nuestro lindo cachorrito, un golden retriever al que habíamos puesto por nombre Larry. Habíamos elegido ese nombre pues ese es el modo con el que el naturalista Gerald Durrell se refiere a su hermano Lawrence, el autor del Cuarteto de Alejandría, en su delicioso libro"Mi familia y otros animales".
Sigue sonando el timbre del teléfono... A estas alturas y ante la persistencia de mis recuerdos, empiezo a pensar que quizás sea un error volver a este hotel. Pienso que si vuelvo a ir, terminaré con toda probabilidad paseando mi nostalgia por el paso del tiempo por las calles de Cuenca, mientras resuenan en mi mente los versos del poema "No volveré a ser joven" de Gil de Biedma que tanto me gusta y que al cumplir una determinada edad tanto sentido ha cobrado .
Que la vida iba en serio
uno empieza a comprenderlo más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Así es que a pesar de que la persona que finalmente me atiende me asegura que no hay el menor problema en que me hospede con Cooper, decido que no voy a volver a este hotel, por bueno que sea el recuerdo que de él guardo, y sigo investigando hoteles que admitan perros en Cuenca.
Llamo entonces al Hotel Leonor de Aquitania donde una mujer encantadora me asegura que Cooper puede acompañarme sin ningún problema.
No me da tiempo a pedir información al Hotel Torremangana porque justo antes de hacerlo, recibo la llamada de unos amigos proponiéndome que hagamos juntos una excursión al Nacimiento del Río Cuervo.
Así es que, tras terminar de hablar con ellos, diseño un viaje diferente, adaptándolo a los deseos del grupo. Como el objetivo fundamental de esta excursión es el conocer el Nacimiento del río Cuervo, modifico mi itinerario inicial y reservo habitaciones en el Hotel Castillo de Uña, situado en una población del mismo nombre, en pleno Parque Natural de la Serranía de Cuenca, y que dista tan solo 45 km del nacimiento de dicho río.
Y así un día del mes de junio sobre las 16 h. de la tarde emprendemos nuestro viaje en dirección a Cuenca. Nuestra intención es rebasar esta ciudad, hacer una parada para visitar la Ciudad Encantada e ir a dormir a Uña.
Según vamos acercándonos a nuestro primer destino, el paisaje comienza ya a subyugarnos y no dejará de hacerlo durante todo el viaje.
La primera sorpresa antes de llegar a la Ciudad Encantada fue el encontrarnos con el denominado Ventana del Diablo, una perforación en la roca sobre la garganta del río Júcar que conforma un mirador con espectaculares vistas sobre el río. A 3 km se encuentra un pueblecito que no visitamos y que se llama Villalba de la Sierra.
Tras esta parada que no estaba en el programa, nos dirigimos a La Ciudad Encantada un lugar de gran belleza donde la erosión ha creado figuras calizas de singulares formas.
Yo tenía un poco de miedo a que no dejasen entrar a Cooper, pero me sentí aliviada cuando me aclararon que no había ningún problema si lo llevaba atado.
Llegamos sobre las 19 h apenas una hora antes del cierre así es es que nos dimos el paseo prácticamente solos-creo que solo nos cruzamos en un momento con un grupo de 4 personas- por ese motivo confieso que en ciertos momentos lo solté en la seguridad de que no iba a molestar a nadie porque no había nadie a quien molestar.
Mar de Piedra. |
El Tobogán. |
El 11 de junio de 1929, la ciudad fue declarada Sitio de Natural de Interés Nacional.
Yo había elegido este pueblecito por su cercanía al Nacimiento del Río Cuervo y porque allí había encontrado un hotel que aceptaban perros, pero no esperaba nada especial del mismo. Por eso supuso una sorpresa agradabilísima descubrir el enclave absolutamente privilegiado en el que se encuentra el pueblo entre la laguna del mismo nombre y el río Júcar.
Nada más dejar las maletas, nos fuimos a ver la laguna de cerca. Llegamos justo en el momento del atardecer. En esos momentos la luz resultaba maravillosa reflejándose en el agua. El silencio, total, se veía intensificado por el croar de las ranas y el canto de algún que otro pájaro.
Caminamos hasta un pequeño mirador donde hay unos carteles explicativos acerca de la flora y fauna de la laguna.
Yo había observado que la vegetación acuática constaba de amplias masas de una planta que creo se llama "cola de caballo" y que me pareció que resultaba un elemento muy fotogénico.
Todavía desde el mirador seguimos disfrutando de al atardecer…
…y más tarde regresamos por el medio del pueblo que estaba desierto, como desierto volvió a a parecerme a la mañana siguiente cuando antes del desayuno di otro paseo con uno de mis amigos y Cooper.
Pasamos delante de su iglesia parroquial dedicada a San Miguel Arcángel del S.XIII aunque modificada y restaurada en el XVI. y al llegar al hotel nos dirigimos a la terraza sobre la laguna- lo mejor del mismo- donde nos sirvieron la cena.
El silencio seguía siendo absoluto, sólo interrumpido por el croar de las ranas. Alguien comentó que hacía muchos años que no oía ese sonido y recuerdo que pensé, no sé por qué, que uno tiene esa sensación quizás porque el croar de las ranas es un sonido que uno identifica con la infancia.
La laguna de Uña a primera hora de la mañana. |
Pasamos por delante del Pantano la Toba cuyas aguas tenían un color verde hermosísimo y cuando vimos un cartel que nos indicaba el desvío hacia el nacimiento del Júcar tomamos dicho camino.
Dejamos el coche en el borde de la carretera y recorrimos un pequeño sendero a pie que nos condujo a la Cascada del Molino.
Allí Cooper se pegó su primer baño del día.
Más tarde cuando finalmente llegamos al Nacimiento del Río Cuervo nos dimos cuenta de la fortuna que teníamos por visitarlo prácticamente solos pues dedujimos por el tamaño del parking que debe ser un sitio muy turístico. Dato que más tarde nos confirmó el señor que nos sirvió unos bocadillos en un bar con una terraza que hay justo enfrente del camino que conduce al nacimiento del río.
Tras los bocadillos nos dirigimos ya a Cuenca. No volvemos por la misma carretera sino que cogemos una comarcal que pasa por un pueblo llamada Las Majadas. Nos habían desaconsejado la carretera por su mal estado, pero pronto ante la belleza del camino, enseguida nos sentimos contentos de no haber seguido tan prudente recomendación.
Muy cerca de las Majadas, se encuentra un paraje llamado los Callejones parecido a la Ciudad Encantada. Fue buscando esa lugar que vimos un cartel que creo ponía algo así como Mirador de la Serranía de Cuenca y que nos condujo hacia un paraje impresionante. Allí volví a echar de menos el objetivo fotográfico que no tengo y que me hubiese permitido hacer justicia al espectacular entorno con una buena fotografía. Sobre nuestras cabezas sobrevolaba, majestuoso, un ave rapaz, supuse que era un buitre leonado.
Cruzamos el Puente de San Pablo y nos dirigimos a la Plaza Mayor, centro del casco antiguo.
Hace ya mucho calor, así es que Cooper no duda en refrescarse en una fuente pública.
Todavía nos acercamos dando un paseo hasta la Torre Mangana una torre vigía situada en el lugar que ocupó un antiguo bastión árabe y desde donde se divisa un magnífico panorama.
Desde ahí descendemos hasta el parking para recoger el coche y emprender el regreso a Madrid. En nuestro descenso hacia el parking hago fotos de las casas colgadas desde distintos ángulos.
El viaje de vuelta a Madrid, lo hago en el asiento de adelante lo que me permite observar las bonitas formaciones que conformaban en este día las nubes.
Y mientras las observo resuenan en mi cabeza las palabras que Ryszard Kapuscinski escribió en su maravilloso libro Viajes con Heródoto:
"A decir verdad, no sabemos lo que incita al hombre a recorrer el mundo.¿Curiosidad?¿Anhelo irrefrenable de aventura?¿Necesidad de ir de asombro en asombro?.Tal vez: la persona que deja de asombrarse está vacía por dentro; tiene el corazón quemado. En aquellos que lo consideran todo dejá vue y creen que nada puede asombrarlos ha muerto lo más hermoso: la plenitud de la vida."
Mientras, desde el maletero, Cooper me observa con esa cara dulce y apacible que me resulta irresistible…
Hoteles que admiten perros en Cuenca capital:
Hotel Cueva del Fraile:
http://www.hotelcuevadelfraile.com/
Hotel Leonor de Aquitania:
http://www.hotelleonordeaquitania.com/
Hotel Torremangana:
www.hoteltorremangana.com
Y en Uña:
Hotel Castillo de Uña:
http://www.castillodeuna.es/
2 comentarios
Muy buen viaje y muy bien explicado. Nosotros estamos mirando para ir 2 ó 3 dias por esta zona y nos gustaría llevarnos a nuestro peludete (siempre que se puede viene con nosotros). Tu diario de viaje nos va a venir muy bien ya que no sabía que se podía ir con perro a la ciudad encantada y al nacedero del río cuervo.
ResponderEliminarGracias
Hola Iñaki,
ResponderEliminarGracias por tu mensaje. Espero que disfrutéis mucho del viaje, ya verás que bonita es la zona. En cuanto a vuestro perro creo que también se lo va a pasar en grande. Si descubres algún hotel que admiten perros por la zona no dejes de decírmelo, por favor, para ponerlo en el listado de hoteles que tengo en la página principal. Sé que están muy bien los de Cuenca capital, pero el de Uña es muy básico aunque tiene una terraza muy agradable sobre la laguna.
Un saludo.