Viajes con mi perro

Casa Claudia. Miranda del Castañar. (Salamanca)


Miranda del Castañar.
Debían ser ya las seis o seis y media de la tarde cuando llegamos a Miranda del Castañar, un pueblecito con uno de los recintos fortificados más notables de la provincia de Salamanca. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1973, se encuentra situado dentro del Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia. La zona también está considerada desde el año 2000 como Reserva Mundial de la Biosfera. 

Miranda del Castañar, se encuentra emplazada en una loma coronada por un Castillo con un recinto amurallado que conserva las cuatro puertas orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. (La de San Ginés, Nuestra Señora, La de la Villa y El Postigo). La muralla del siglo XIII, está muy bien conservada.

El Castillo preside la entrada al casco histórico por la Puerta de San Ginés.

El Castillo de Miranda del Castañar al caer la tarde.
Nosotras aparcamos en la Plaza de Toros, construida en lo que en su día fue la plaza de Armas del Castillo y atravesamos la Puerta de San Ginés, dejando a nuestra derecha la Alhóndiga que hoy es sede del Ayuntamiento y enseguida entramos en la calle Derecha, la calle central de Miranda del Castañar.

La Puerta de San Ginés vista desde la calle Derecha. Al fondo a la izquierda, el edificio de la Casa Consistorial.
En el número 3 de esta calle se encuentra Casa Claudia I, una casa antigua que se alquila por habitaciones individuales con baño y desayuno incluido. Allí está esperándonos Pilar.

Casa Claudia cuenta además con otras tres casas rurales. Nosotras hemos alquilado durante dos noches una de dos dormitorios, Casa Claudia III, que se encuentra en el número 56 de la misma calle, de modo que tenemos que hacer el recorrido a pie desde el número 3 hasta el 56 con las maletas cuyas ruedas van haciendo ruido al rodar sobre el piso empedrado, un ruido que tiene algo de ensordecedor en medio del silencio que inunda al pueblo. Nos cuenta Pilar que hay un tramo de la calle hasta el que está permitido acceder en coche, lo que aclaro aquí por si alguien viaja con más equipaje que el que llevábamos nosotras.

Al fondo, Casa Claudia.
Hace frío en Miranda por lo que se agradece el encontrar la casa caldeada cuando llegamos. La casita tiene un baño, dos dormitorios y una cocina integrada en un salón con chimenea y una terraza que da sobre la muralla medieval y desde la que se pueden disfrutar de magníficas vistas de la Sierra de Francia. Dispone de televisión y wifi.

Anochecer desde la terraza de Casa Claudia.

Nada más instalarnos en Casa Claudia, salimos a dar un paseo, admirando cada rincón de este pueblo famoso por su arquitectura popular, como el resto de los de la zona donde nos encontramos.


La Casa del Escribano.
Paseamos por sus callecitas estrechas con edificios con balcones de madera y otros de piedra blasonados como la Casa del Escribano.


En nuestro paseo llegamos hasta la Puerta de Postigo a cuyo lado se encuentran Los Arcos Góticos. Y desde ahí a la Plaza de la Iglesia donde se encuentra la iglesia dedicada a a Santiago y San Ginés de Arlés, enfrente de la cual se encuentra el campanario exento.

También en esta plaza, en el número 14, se encuentra la tienda-museo "Bodega La Muralla" donde se pueden adquirir cosméticos a base de miel y jalea real, bordados, artesanía, quesos y embutidos, etc.

Arcos Góticos.
Y enseguida nos acercamos a cenar a La Mandrágora (Calle El Pino, 21) un sitio que nos recomienda Pilar y en el que está permitida la entrada con perro. El sitio es muy agradable, tiene una terraza con vistas y está abierto desde las 9h hasta la madrugada.

Nos sirvieron unas tostas muy ricas que acompañamos con un vino de la zona. No me fijé bien en la carta pero creo que para el que vaya buscando el famoso plato típico de la zona, el farinato, no es el sitio adecuado, pues la carta creo que no lo incluía. El farinato es un embutido hecho a base de manteca o grasa de cerdo, pan, harina, pimentón, cebolla, ajo y sal.

Regresamos a la casa por un pueblo desierto y silencioso bajo una hermosa noche cuajada de estrellas que hace presagiar que el día siguiente será soleado como efectivamente así ocurre. Esa noche nos acostamos pronto. Estamos cansadas, también Cooper, pues de camino aquí y procedentes de Ciudad Rodrigo, hemos hecho dos paradas en sendos pueblos, La Alberca y Mogarraz que junto con Miranda del Castañar , Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueba del Conde constituyen los 6 pueblos de la zona que gozan de protección como Conjuntos Históricos.


Hicimos la primera parada en La Alberca pasadas ya las 14h. y ya con algo de apetito así es que preguntamos en el primer bar que vemos abierto si nos dejan entrar con Cooper, y como nos dicen que si no dudamos en entrar para resolver la comida con unos pinchos de tortilla y croquetas. El lugar se llama El Rincón de Trillo.

Calle de La Alberca, con el Bar El Rincón de Trillo al fondo.
Tras el picoteo salimos a pedernos por las calles de La Alberca admirando su arquitectura popular con casas construidas a base de piedras y entramados de madera dispuestos en paralelo y diagonal Muchas llevan dinteles con las fechas de su construcción, la mayoría del siglo XVII y XVIII.


Y por supuesto visitamos su famosa Plaza Mayor con sus casas con balcones y el crucero de granito.



Paseando por sus calles me entero de una de sus tradiciones más famosas, la llamada Moza de Ánimas,  que consiste en que todos los días del año, sin excepción, sale la moza de ánimas acompañada de otras mujeres que, tañendo una campana, recitan un salmo pidiendo una oración por las ánimas del purgatorio y los vivos que están en pecado mortal.


Cuando llego a Madrid alguien que estuvo hace poco en La Alberca, me pregunta si he visto el cerdo suelto por la calle y le respondo extrañada que no. Me cuenta  entonces que él si lo vio pues el 13 de Junio festividad de San Antonio de Padua se suelta un cerdo al que se le coloca una campana al cuello, el marrano de San Antón, que permanecerá suelto vagando libremente por el pueblo y alimentado por los propios vecinos, hasta el día 17 de enero festividad de San Antón día en el que se sorteará en el pueblo. Lo que si vi fue una escultura dedicada al marrano.

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y la escultura dedicada al marrano.
Otra cosa sorprendente es que en los muros de la Iglesia de la Asunción hay una hornacina con dos calaveras dedicadas a las ánimas benditas.

Si La Alberca siempre sale en el listado de los pueblos más bonitos de España (fue además la primera de España en recibir la declaración de Conjunto Histórico Artístico en 1940), al vecino Mogarraz-está a unos 7 km de distancia- le sucede otro tanto de lo mismo.

Nada más llegar nos sorprenden los retratos que aparecen colgados en las fachadas de las casas. Se trata de una obra del pintor Florencio Maíllo natural de Mogarraz que ha querido colgar los retratos de todos los vecinos que en 1967 fueron fotografiados para que tuvieran la foto de carnet necesaria para sacarse el DNI.




Pero la verdad es que tanto como eso nos llamaron la atención los bandos de la alcaldesa y por supuesto, las calles estrechas de trazado medieval con casas de arquitectura tradicional típicas de la Sierra de Francia.









Desde Mogarraz ya nos vamos para Miranda del Castañar y tras pasar allí la primera noche, nos despertamos el sábado con un día soleado tal como presagiaba el cielo de la noche anterior cuajado de estrellas.


Comenzamos el día acercándonos al Valle de las Batuecas. Para ello seguimos las instrucciones que el día anterior nos dio Pilar la dueña de Casa Claudia y nos vamos en dirección a Cepeda y de ahí a Las Mestas, un pueblecito situado al norte de la provincia de Cáceres, en el límite con la provincia de Salamanca y en la comarca de las Hurdes. Desde Las Mestas, seguimos la indicación al valle.


Aparcamos en el primer parking que encontramos y hacemos el camino por un sendero de madera hasta llegar al Convento Carmelita de San José, construido a finales del siglo X, donde vive una comunidad de carmelitas descalzos.


Desde el monasterio comienza la Ruta del Chorro de las Batuecas. El recorrido de ida y vuelta, unos 4 o 5 Km. en cada sentido, transcurre entre el Monasterio y el río Batuecas. El recorrido es llano al principio y después empieza el desnivel. Por el camino se pueden observar dos abrigos naturales con pinturas rupestres. También hay una zona muy bonita al principio con todas las raíces de los árboles en la superficie.


Nosotras tuvimos la suerte de llegar cuando todavía había muy poca gente, así es que dimos el paseo disfrutando de la frondosa vegetación y el silencio con el ruido de fondo del río Batuecas que transcurre paralelo a la senda.


No sé si por ese silencio, por el contacto con la naturaleza o por la cercanía del Monasterio hacemos el paseo en un estado de cierto recogimiento, acompañadas por las versos de San Juan de la Cruz (1542/1591) correspondientes al Cántico Espiritual que aparecen en una placa en los muros del monasterio.

                                                         Buscando mis amores
                                                         iré por esos montes y riberas;
                                                         ni cogeré las flores
                                                         ni temeré las fieras,
                                                         y pasaré los fuertes y fronteras.

                                                         San Juan de la Cruz.


Pero no sólo hay citas de San Juan de la Cruz en el muro del Monasterio, también nos llamó la atención encontrarnos con una frase de Dostoyevsky que lamentablemente no sé en que obra suya aparece:

"Amad todo lo que Dios ha creado, la totalidad y el más pequeño grano de arena. Amad cada hoja, cada rayo de luz divina. Amad a los animales, amad a las plantas, amadlo todo. Si lo amáis todo os daréis cuenta del misterio divino en todas las cosas. Cuando os hayáis dado cuenta, cada día empezaréis a entenderlo mejor. Y finalmente llegaréis a amar a todo el mundo con un amor que  lo abarca todo"

No creo que haya ser creyente para compartir esa manera espiritual de percibir el mundo como una totalidad.

El interior del Monasterio no se visita, lo que se advierte en una cartel que hay en la entrada en el que se facilita , sin embargo, un teléfono por si alguien está interesado en hospedarse en una hospedería en la que se puede pasar unos días de contemplación.

Después de tomar los bocadillos que llevamos a la excursión, regresamos a Las Mestas a tomar un café. Una decisión que celebro más tarde, pues el señor que nos atendió en el bar nos informa que estamos muy cerca del Mirador de la Antigua desde donde se divisa el Meandro Melero formado por el río Alagón, lo que nos animó a subir para contemplar una vista que me resultó espectacular.

Para llegar hasta allí, hay que ir hasta el pueblo de río Malo de Abajo por el que discurre el río Ladrillar (antes conocido como río Malo) que poco después vierte sus aguas en el río Alagón. Al mirador se puede subir en coche o a pie para lo que hay que tomar un camino que sale de río Malo de Abajo.

A la salida hacia el mirador se encuentra una piscina natural en el río Ladrillar, lo que supongo que debe ser de agradecer si la excursión se hace por el verano: he leído en alguna parte que son varias las piscinas naturales que se pueden encontrar en Las Hurdes.

El Meandro Melero desde el Mirador de la Antigua.
Con el café que nos sirven en el bar de Las Mestas, nos dan a probar una bebida llamado Ciripolen una bebida elaborada a base de polen, miel, leche y jalea real e inventada por Cirilo Marcos que apremiado por sus dolencias y decepcionado por la medicina convencional, decidió elaborar esta bebida altamente energética a la que desde hace tiempo le han añadido un poco de alcohol.

Y ahora si que nos vamos a visitar los dos pueblos que nos faltan por completar los que teníamos como objetivo visitar en esta escapada: Sequeros (declarado Conjunto Histórico Artístico en 2004) y San Martín del Castañar.

Plaza del Altozano en Sequeros.
De todos ellos, Sequeros es uno de los menos visitados, según nos cuenta la dueña de un bar de la Plaza del Altozano donde tomamos una ensalada. Y sin embargo a mi me resultó encantador, quizás precisamente por eso, porque parece menos contaminado por el turismo, conservando intacto su encanto.

Plaza de Eloy Bullón.
Desde la Plaza del Altozano nos vamos a la Plaza de Eloy Bullón y desde ésta nos acercamos a la Plaza de la Iglesia. Enfrente de la Iglesia de San Sebastián, se encuentra el Ayuntamiento y en los soportales de éste el Centro de Interpretación del poeta León Felipe (Tábara, Zamora 1884/ Méjico 1968) que pasó su niñez en esta localidad.

Iglesia de San Esteban.

Cooper se toma un descanso en la plaza de la Iglesia.
Desde allí, nos acercamos hasta la Ermita del Humilladero. Desde la ermita y siguiendo el conocido como Camino de la Ermita del Robledo se llega al Santuario del Robledo que cuenta con un artesonado mudéjar y donde están enterrados la profetisa Juana, la moza santa, y el peregrino francés Simón Vela, ambos vinculados a la aparición de la Virgen de la Peña de Francia, que es la patrona de la comarca.


Otro sitio para visitar en Sequeros, es el Mirador de la Cabezuela desde donde se tiene una vista muy bonita de la Sierra de Béjar que estos días está nevada.


Con todo, lo que más me sorprendió fue descubrir que muy cerca de la Plaza del Altozano hay un teatro, el Teatro León Felipe, cuyo origen se remonta a 1870, época de esplendor de la burguesía de la villa.

Fue precisamente en ese teatro donde se rodaron escenas de la película de Jaime de Armiñán (Madrid 1927), El Nido. Rodada en 1980 fue nominada a un Oscar de Hollywood. También se rodó gran parte de la película en San Martín del Castañar, el pueblo que visitamos a continuación.

Nosotras vamos en coche, San Martín del Castañar está a tan solo 5,6 Km, pero en esta escapada voy descubriendo un montón de rutas de senderismo que invitan a repetir el viaje con más tiempo para hacer alguna.

Una de ellas es la Ruta Asentadero-Bosque de los Espejos, una ruta circular que enlaza las localidades de Sequeros, San Martín del Castañar y Las Casas del Conde. La ruta transcurre entre castaños y robles y, al parecer, se han instalado obras vanguardistas por el camino. De dificultad baja, el recorrido es de 9,2 Km. y el tiempo estimado en su realización de unas 3h.



Pero antes de dejar Sequeros, nos acercamos al parque del Berrero y desde ahí ya nos vamos a recoger el coche para acercarnos a San Martín del Castañar, una población que fue una grata sorpresa para mí.

San Martín del Castañar.
Como el resto del los pueblos de esta zona la estructura urbana de San Martín del Castañar, gira en torno a una larga calle alrededor de la cual nacen otras más pequeñas.



En el caso de San Martín del Castañar, de un lado de la calle se encuentra la iglesia con una lápida romana junto a su puerta y El Castillo y entre ambas la plaza de toros, en lo que fuera el antiguo patio de armas. También se encuentra entre los muros del Castillo (del siglo XV), el cementerio del pueblo. En lo alto de la torre se ha instalado un mirador. En la actualidad, el conjunto acoge el Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y de Francia.






Del otro lado y pasando por la Plaza Mayor donde hay una fuente abrevadero, y el Ayuntamiento bajo un soportal, se llega hasta el puente medieval que a esa hora en que empieza a caer la tarde está iluminado con una luz muy bonita. Muy cerca están las Ermitas del Socorro y la del Humilladero. Por San Martín pasaba la calzada romana por la que se transportaba el oro extraído en las minas del Cabaco.



Cuando regresamos a Miranda del Castañar, estamos tan cansadas que decidimos quedarnos en la casa rural a cenar. Sólo tenemos un par de latas, huevos y fruta y como no tenemos aceite, aprovechamos para aprender hacer huevos escalfados que se hacen con agua.

El día siguiente vuelve amanecer soleado así es que aunque toca volver- mi amiga tiene que estar a las 14h en Salamanca- decidimos aprovechar el buen tiempo para acercarnos antes a la Peña de Francia.

Tomamos primero un desayuno estupendo en la terraza del Bar Las Petronilas, donde entablamos conversación con una mujer muy amable que resulta ser la dueña de La Bodega la Muralla situada en el número 14 de la Plaza de la Iglesia y que se ofrece a enseñárnosla por dentro antes de irnos de Miranda.

Según reza el folleto que nos da, La Bodega fue construida en el siglo XVIII y estuvo en pleno funcionamiento hasta mediados del pasado siglo. Se trata de una bodega subterránea excavada en piedra granítica y adosada a la muralla del siglo XIII que circunda Miranda del Castañar.

En cuanto a La Peña de Francia, es una de las montañas más altas de la Sierra de Francia que a su vez pertenece al Sistema Central.

Ademas de un repetidor de telecomunicaciones, en la cima se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, que es una virgen negra. Es la patrona de Ciudad Rodrigo y de Salamanca. El santuario está regido por los padres dominicos y tiene gran afluencia de visitantes en el verano, muchos de ellos peregrinos cristianos. En invierno puede llegar a estar inaccesible por la nieve y de hecho cuando nosotras subimos, todavía quedaban restos de nieve que Cooper aprovechó para darse un revolcón.


La vista desde arriba es espectacular. Se divisa El Pantano de Gabriel y Galán, La Sierra de Tamames, y otros sitios que no supimos identificar. Parece ser que los días de visibilidad también se ven tierras portuguesas.



Con esta visita llegamos al final de nuestro viaje. Un viaje que me resultó mucho más interesante de lo que esperaba y que me pareció de lo más adecuado para ir con perro, pues hay muchas rutas de senderismo para realizar en su compañía y muchos pueblos muy bonitos. Pues además de la que cito más arriba conocida como el Asentadero- Bosque de Los Espejos que une Sequeros y San Martín del Castañar existen otras tres que unen los pueblos reconocidos como Conjuntos Históricos. Son:
El Camino de los Prodigios entre Miranda del Castañar y Villanueva del Conde.
El Camino del Agua entre Mogarraz y Monforte de la Sierra. 
Y El Camino de las Raíces en torno de La Alberca.

Todavía disfrutamos de paisajes muy bonitos cuando circulamos por el Campo Charro que es como se conoce a la zona de la provincia de Salamanca por donde estamos circulando camino de Salamanca capital y que comprende los pueblos de Tamames y Vecinos, entre otros. Se caracteriza por extensas dehesas en las que campea el toro bravo.

Y para poner el broche final al viaje, hacemos una parada para comer algo poco antes de llegar a Salamanca donde se quedará mi amiga y antes de coger la autovía que me llevará a Madrid, con la sola compañía ya de Cooper.Y como todo sale bien en este viaje, elegimos al azar un bar en el pueblo de Vecinos que tiene tapas muy ricas a un precio estupendo. Se trata del Restaurante Casa Pacheco (923 38 21 69) del que al llegar a Madrid, leo muy buenas críticas. Eso si los perros no están permitidos, así es que Cooper nos espera fuera mientras tomamos unas tapas en la barra. Y desde ahí iniciamos el regreso a Madrid...


Alojamientos que admiten perros en Miranda del Castañar:

Casa Claudia
Calle Derecha y 56.
Teléfono: 923 21 22 81/686 17 09 46.
www.casaclaudia.es

Apartamentos La Muralla
Plaza San Ginés.
Teléfono: 690 62 57 35



Hoteles que admiten perros en La Alberca:

Hotel Las Batuecas
Teléfono: 923 41 51 88
http://www.hotelasbatuecas.com/




Hoteles que admiten perros en San Martín del Castañar:

Hotel Posada de San Martín
Calle Larga, 1.
Teléfono: 923 43 70 26/ 647 76 28 98
http://www.posadadesanmartin.es/


Hostal El Campito
Calle Vega, 3.
Teléfono: 923 43 73 78



Hoteles que admiten perros en Sequeros:

Hotel Casa Margó
Plaza Eloy Bullón, 4.
Teléfono: 923 43 74 70/ 923 43 70 68/ 606 747 500
http://www.casamargo.com/


Casa Angel
Las Escuelas, 10
Teléfono: 617 32 22 30



Establecimientos que admiten perros en Mogarraz:

Casa de la Parra
Teléfono 686 584 402/ 923 203 082


Casa Lucía
Calle Nueva, 14
Teléfono 923 41 80 74



Casa Rural Amparo
Calle Miguel Ángel Maíllo, 23
Teléfono 626 61 96 06



Apartamento Rural El Pino
El Pino, 5.




Establecimientos que admiten perros en Villanueva del Conde:

Casas en Batuecas
Teléfono: 923 43 75 76/ 667 26 46 13
http://www.casasenbatuecas.com/



Establecimiento que admiten perros en Las Mestas (Las Hurdes. Cáceres)

Sabores Hurdanos
Teléfono: 606 41 66 72/659 18 55 59
www.saboreshurdanos.es


5 comentarios

  1. En efecto, no hace falta ser creyente para tener ese sentido religioso o espiritual que mencionas y que tan bien transmiten las palabras de Dostoievski. Esa especie de panteísmo a lo Spinoza. Amor a las cosas tal como son, amor a la naturaleza ; " Natura sive Deus" (naturaleza o, lo que es lo mismo, Dios).
    Aplaudo tu "granito de arena" por poner esas citas de Dostoievski, del bando de Mogarraz y, por supuesto de tu blog, que anima a la gente a disfrutar de otra manera, a alejarse un poco de la"diversión enlatada".

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  2. Gracias por tu mensaje. Me alegra sentirme comprendida. Me encante que cites a Spinoza. No es que la Filosofía sea mi fuerte, pero me siento muy cercana a él. No sé si conoces un libro magnífico que se llama "El Hereje y El Cortesano" de Matthew Stewart.
    Por otra parte, comentarte que una de las muchas cosas que le agradezco a mi perro es que "me saque" al campo, porque es en contacto con la Naturaleza que experimento una sensación de unidad con Todo que me produce una inmensa sensación de paz. Todo el blog contiene citas, poemas que me gustan. A menudo pienso que quizás a nadie le interesen, pero yo sigo poniéndolas como el náufrago que introduce un mensaje en una botella...simplemente por si alguien le llega y le sirve de algo.
    En el post que hice de mi viaje por el Valle del Jerte el 27 de Marzo del 2014, copié un párrafo de un libro de K.Lorenz que quizás te guste. ¡Un saludo!

    Cuando paseo por el campo con él a menudo entro en una especie de comunión con lo que me rodea. Es casi como una experiencia mística o religiosa en la que te sientes como parte de un Todo. Parece como si de pronto todo tuviese sentido y me siento cerca de los pájaros y las plantas, de las piedras y las flores, del sol y del cielo... Siento una especie de reverencia hacia el milagro de la vida y su manifestación en todo lo que me rodea. Es en momentos así cuando pienso lo poco que me sorprende que los científicos hayan descubierto la enorme cantidad de material genético que compartimos con muchas especies.

    Fue en ese estado cuando volví a recordar lo que Konrad Lorenz escribió en su libro -"Cuando el hombre encontró al perro"- donde él expresó mucho mejor que yo esa sensación y que ya copié en otra entrada de este blog:
    "Cuando en un cálido día de verano cruzo a nado el Danubio y me tiendo en la orilla fangosa de un afluente suyo, como un cocodrilo, en un paisaje primitivo, en el que nada, ni el más mínimo indicio, descubre la existencia de una civilización humana, a veces consigo llevar a cabo un milagro que los más grandes sabios orientales persiguen como objetivo supremo: sin que me lo proponga mi pensamiento se disuelve en la naturaleza circundante, el tiempo se detiene, pierde su significado, y,cuando, al ponerse el sol, la brisa vespertina me recuerda que tengo que volver a casa no acierto a saber si han transcurrido segundos o años enteros. Este nirvana animal es la mejor compensación para el trabajo intelectual,es un auténtico bálsamo para el maltrecho espíritu del hombre moderno torturado por la prisa. Esta bienhechora vuelta al paraiso prehumano me resulta tanto más fácil en compañía de una criatura que participa de él por derecho propio, me estoy refiriendo al perro "


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  3. Y yo espero que sigas siendo náufrago. ..Porque es la condición necesaria para ponerse a pensar.
    Un saludo

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  4. Gracias.Tendré en cuenta tu recomendación. Por cierto, no te comenté que el libro al que he hecho referencia en el otro comentario lleva como subtítulo"Spinoza, Leibniz,y el destino de Dios en el mundo moderno"; quizás te interese si es que no lo conoces. Otro saludo para ti.

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  5. Te agradezco tu recomendación; no conozco a ese autor, pero, al buscar información sobre él, he visto que es más o menos de mi edad. Resulta que hace ya algunos años que me propuse no leer a mis contemporáneos. La razón de ello es que no me gusta entristecerme. Sé que suena extravagante, no lo es en absoluto. Lo cierto es que estoy ya demasiado hecha a otra manera de pensar, distinta de la de los hombres de mi tiempo, y que se corresponde más con la de ciertos autores de la primera mitad del siglo pasado. Naturalmente , mi actitud es criticable, pero mucho me temo que yo ya no tengo remedio. Pero a Spinoza sí lo he leído.

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