Viajes con mi perro

Escritores y sus perros...

En el mismo suplemento cultural del que hice menciĆ³n hace dĆ­as encontrĆ© un artĆ­culo de RamĆ³n F. Reboiras que transcribo a continuaciĆ³n. Y lo copio porque estĆ” escrito en tono humorĆ­stico y porque habla de otro aspecto relacionado con el hecho de tener perro, a saber la cantidad de relaciones humanas que se establecen con los otros propietarios de perros..

 (Cooper y yo hace sĆ³lo dos aƱos que nos trasladamos de barrio y gracias a Ć©l y a la tertulia canina espontĆ”nea que se forma en el parque mĆ”s cercano conozco a infinidad de personas y por supuesto a sus perros aunque quizĆ”s lo mĆ”s correcto serĆ­a decir a muchos perros y a sus dueƱos porque el nexo de uniĆ³n siempre es el perro y a menudo ocurre que conozco el nombre del perro y no de su dueƱo..AsĆ­ es que esa es otra cosa que tengo que agradecerle a Cooper y es la facilidad con la que me adaptĆ© a mi nuevo entorno..)

"Me permitirĆ”n que les cuente que tengo un perro pero lo que siempre he deseado es una vaca. Tanto la modesta capacidad de mi apartamento, como la ausencia de pasto en el barrio, asĆ­ como tambiĆ©n la cerrada oposiciĆ³n de la comunidad de vecinos me han disuadido de tener vaca. Tengo perro porque el perro como el microondas, el contestador automĆ”tico o el aire acondicionado, es un animal domĆ©stico. Con sus vacunas, sus celos, sus cacas, sus babas, pero al fin y al cabo domĆ©stico. Mi perro se llama Max naciĆ³ en Trujillo y pertenece a la raza golden retriever. Max va a cumplir dos aƱos ha recibido una educaciĆ³n progresista, no soporta los viajes largos, adora a las perras y se deleita con los restos de pizza que encuentra en el parque. No sĆ© porque demonios le gustan tanto las pizzas pero siempre encuentra alguna mĆ”s o menos fosilizada que debe saberle a gloria. Las noches de invierno cuando la tierra estĆ” mojada por la lluvia y los corredores de fondo se han retirado a sus casas me hace sentir su amo. El perro otorga una parcela de poder nada desdeƱable. El perro induce a socializar con otros amos y a protegerse de las bandas rivales-jubilados, gimnastas, anacoretas, pederastas-que no tienen perro. A veces pienso que el DĆ­a del Juicio Final, Dios separarĆ” en un grupo a los amos de perros de los testigos de JehovĆ”, los corredores de bolsa o los agentes inmobiliarios. Somos, sin duda, especiales. En este perĆ­odo de tiempo he tratado con una joven serbia que tiene un rotwailer, un filĆ³sofo argentino que gobierna sobre uno como el mĆ­o y a un nutrido grupo de seƱoras que dividen sus preferencias entre los perros de bolsillo y los perros que acarrean de los trineos en Alaska. Por supuesto siempre hablamos de perros. Me cuido mucho de decir que mi primera idea fue una vaca".

Por Ćŗltimo, y en el mismo suplemento el escritor Julio Llamazares al hablar de sus vivencias con los perros cuenta que es consciente de que sĆ³lo aquellos que tienen o han tenido perro comprenden este vĆ­nculo y lo que los dueƱos buscan en sus compaƱeros caninos:

" Los perros simbolizan un poco las virtudes mitificadas que buscamos en las otras personas, lealtad, compaƱerismo, honradez..Toda una serie de cualidades en un solo ser, el  hombre imperfecto busca la perfecciĆ³n en el perro". MĆ”s adelante el escritor confiesa que con Bruna su primera perra aprendiĆ³ a ver el mundo de otra manera, desde otra perspectiva, a pie de calle. "AprendĆ­ a pasear por Madrid, a entrar en contacto con los vagabundos, a disfrutar de las calles nocturnas…"

Eso es algo tambiĆ©n que me pasa con Cooper, pues a menudo me he encontrado a mĆ­ misma hablando con gente  con la que nunca hubiese entablado una conversaciĆ³n como por ejemplo gente que estĆ” pidiendo en la calle…Cuenta tambiĆ©n que despuĆ©s tuvo otro perro pero que en realidad es adoptivo porque es de su esposa."Los perros sĆ³lo tienen un dueƱo o mejor dicho los perros sĆ³lo son dueƱos de un solo amo".

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