Viajes con mi perro

Nuestros parques preferidos de Madrid.


Sigo en Madrid, a la espera de resolver los problemas que aquí me retienen, para poder realizar en compañía de Cooper mi ansiado viaje a Gijón. Mientras tanto, en cuanto tengo la menor oportunidad, me voy con él en coche a cualquier parque cercano.



No sé si mucha gente sabe que Madrid es la segunda ciudad del mundo con mayor número de árboles por habitante, sólo superada por Tokio. Y la verdad es que si uno se da un paseo con los ojos bien abiertos en especial en esta época del año-yo creo que el otoño es uno de los momentos más bonitos de esta ciudad-uno no puede sino maravillarse de lo bonita que está gracias al colorido de sus innumerables árboles.

Yo tengo la suerte de vivir en una zona con tantos que por el aspecto de los árboles que veo desde la ventana de mi salón puedo saber en que época del año estamos y para mí eso es un lujo. También lo es en que desde el mismo momento que pongo los pies en la calle con Cooper ya vamos atravesando pequeños parques y zonas ajardinadas hasta llegar al más próximo, el Parque de Santa Marca que mide unas 3 Hectáreas.


Hasta que Cooper cumplió un par de años íbamos  muchísimo a ese parque pues allí se reúnen multitud de perros con sus dueños dando lugar a tertulias improvisadas y al nacimiento de amistades, no sólo caninas.

A mí me hace gracia siempre que entro en el parque porque parece, en realidad lo es, un mundo dentro de otro mundo- el de nuestro barrio -en el que conviven sin mezclarse los niños que juegan en los columpios y sus familias, los perros y sus dueños y un grupo de personas que parecen homeless aunque no sé si lo son y que se pasan las horas tocando la guitarra y cantando. ("Por nosotros no se preocupe Sra. que nosotros sólo bebemos cerveza", me contestaron un día en que les pedí disculpas porque Cooper chupó el grifo de la fuente más cercana).

Ahora, sin embargo, ya no voy tanto pues a Cooper ha dejado de interesarle jugar con otros perros. La verdad es que resulta sorprendente lo poco que le interesan a estas alturas sus congéneres a pesar de la intensa socialización a la que le he sometido hasta los dos años más o menos. Así es que solemos atravesarlo y continuar caminando hacia el Parque de Berlín.


Este parque fue inagurado en 1967 por el alcalde de Berlín occidental Willy Brandt. Consta de 823 unidades arbóreas y mide 5 hectáreas.


Un año después de que se derribara el muro de Berlín, en 1990, se trajeron 3 piezas del muro original que están en la fuente principal. Al parecer, las pintadas son las del muro original. Me han contado que un empleado municipal en un exceso de celo intentó limpiarlas, pero no sé si es verdad o se trata de una leyenda urbana.



El parque está siempre muy animado, sobre todo cuando empieza el buen tiempo pues hay muchos bares y cafeterías con terrazas agrupadas en la esquina en que confluyen las calles Príncipe de Vergara y Ramón y Cajal y que son un sitio ideal para sentarnos con nuestro perro cuando el buen tiempo acompaña. Aunque hay uno que permite la entrada de perros en su interior se llama "Solo de Uva", es muy acogedor y se encuentra en el número 210 de Príncipe de Vergara.

También, a veces, en nuestros paseos capitalinos Cooper y yo llegamos caminando hasta el Parque Félix Rodriguez de la Fuente. Este parque de 1,5 hectáreas más o menos está constituido mayoritariamente por pinos y chopos y está delimitado por la M30 y las calles Ramón y Cajal y Padre Claret. Siempre que lo atravieso en dirección hacia una zona contigüa de pinos que transcurre paralela a lo largo de la M·30 y donde Cooper puede pasear suelto, pienso con tristeza lo abandonado que está (la leyenda del cartel de la entrada está ilegible por las pintadas) y lo injusto de dedicarle un espacio tan pobre a un naturalista de la importancia de Félix Rodríguez de la Fuente(1928-1980). Hay que tener en cuenta su importancia no solo como divulgador y realizador para radio y televisión de documentales como su famosa serie El hombre y la Tierra, sino como pionero en la defensa de la Naturaleza.
A mí de todos modos lo que menos me gusta de pasear por esa zona es el ruido del tráfico que es más bien ensordecedor.

Pero cuando verdaderamente Cooper y yo disfrutamos de nuestros paseos juntos, es cuando nos vamos en coche alguno más alejado de nuestro barrio. Los cuatro que más frecuentamos son: el Retiro, el Campo de las Naciones, el de la Fuente del Berro y el de la Quinta de los Molinos.

El más famoso de todos es, sin duda alguna, el Parque del Retiro pero no voy con frecuencia pues resulta muy difícil aparcar. Tiene una extensión de 118 hectáreas y es precioso. La historia de este parque está unida a la de la monarquía española desde que durante la época de Felipe II se decide dedicar esta zona a lugar de retiro y recogimiento religioso, de ahí su nombre. Desde 1632, el parque fue de uso exclusivo de la familia real que allí organizaba complejas representaciones corridas de toros, etc. En el siglo XVIII se permitió el acceso parcial del público siempre que los visitantes fuesen debidamente ataviados, hasta que se abrió por completo en 1869.



Entre los edificios más famosos del parque está la Casa de Vacas construido en 1874 como vaquería y despacho de leche por donde pasaban los madrileños a ver las vacas y disfrutar de un vaso de leche recién ordeñada. Fué destruido por un incendio y reconstruido por el Ayuntamiento, usándose en la actualidad para fines culturales.


También se utilizan para fines culturales el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal, dos de los mejores ejemplos de la arquitectura de hierro madrileña finales del XIX. El primero es una construcción de ladrillo revestido de azulejos. En cuanto al Palacio de Cristal está construido casi en su totalidad en hierro y cristal. Ambos fueron construidos por Ricardo Velázquez Bosco y se levantaron para la exposición de 1887.


El parque también tiene fuentes de gran valor artístico como la Fuente de los Galápagos construida en 1832 por José de Mariategui para conmemorar el nacimiento de Isabel II o el surtidor de la Alcachofa situado en la plaza de Honduras obra de Ventura Rodriguez y que constituye una alegoría a la primavera.

Hay mucho otros monumentos como los dedicados a los escritores Campoamor, Benito Pérez Galdós, los hermanos Alvarez Quintero o al médico Ramón y Cajal premio nobel de Medicina en 1908 por sus estudios sobre las neuronas por citar sólo algunos.

Y por supuesto el dedicado al General Martínez Campos, autor del pronunciamiento ( 29 de Diciembre de 1874) que supuso la Restauración Borbónica en la figura del hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII, lo que acabó con la efímera primera República Española (11 de Febrero de 1873-29 de Diciembre de 1874). El período de la Restauración Borbónica se prolongó hasta el 14 de Abril de 1931en que se proclamó la segunda República Española.



Y el más grande de todos que preside el estanque del parque, el dedicado al rey Alfonso XII ; se trata de una columnata semicircular que sirve de fondo a la estatua ecuestre de Alfonso XII. En el lago se pueden alquilar barcas de remos.


Pero como ya dije más arriba no voy a menudo porque no es fácil aparcar. También  porque no está permitido el baño en el lago y no sé como hacérselo entender a Cooper. Además hay muchos patos y ardillas sueltos y eso me obliga a llevar a Cooper atado gran parte del recorrido.

Leí hace años que ponían multas muy elevadas a la gente por llevar a sus perros sueltos pero tras una manifestación y protesta se legislaron unos horarios para llevarlos sueltos que creo que están vigentes para todos los parques de Madrid. (De 19h. a 10h. en invierno y de 20h. a 10h. en verano).

No obstante, el parque cuenta con un área canina perfectamente cercada y que me parece está muy bien porque es amplia, con bancos y fuente para nuestros perros ( cuando a veces veo en algún jardín un área minúscula con un cartel indicando área canina siempre pienso que sin duda el que diseñó el parque no tiene perro).

Como curiosidad comentar que en el Parque del Retiro hay el único monumento dedicado al diablo que hay en el mundo. Es una obra de Ricardo Bellver.

Otro dato curioso es que en este parque se encuentra el árbol más antiguo de Madrid. Se le conoce por el nombre del Ciprés Calvo, aunque en realidad no tiene nada de ciprés sino que es un ejemplar de Taxodium procedente de Méjico que se calcula tiene unos 400 años.

En cuanto al Campo de las Naciones o Campo de Juan Carlos I es un parque enorme, el segundo más grande de Madrid (160 Ha), sólo superado por la Casa de Campo y por delante de parque del Retiro.

Con la creación del parque  se recuperó una zona altamente degradada respetando un olivar centenario ya existente. El parque fue inagurado en 1992 con motivo de Madrid Capital Europea de la Cultura.


El paseo por este parque constituye una verdadera fiesta para Cooper pues consta de un lago y una ría de 1900 mts de longitud.


Pero donde más le gusta ir a él, es a el denominado Jardín de las Tres Culturas (conjunto de tres jardines dedicados a cada una de las tres religiones monoteístas) que está lleno de fuentes donde literalmente se vuelve loco de alegría.


En el parque hay un servicio gratuito de préstamo de bicicletas (http://www.esmadrid.com/es/portal.do?TR=C&IDR=325)



y una zona canina cercada (.http://paseadordeperros.com/blog/2011/01/10/zona-canina-en-parque-juan-carlos-imadrid/) que fue uno de los sitios donde Cooper vivió parte de su fase de socialización en sus primeros años de vida y donde muchos fines de semana he observado que se realizan cursos de adiestramiento.

De todos modos, ahora que ya tiene 4 años doy el paseo con él suelto por todo el parque pues me parece un parque tolerante con los perros en ese sentido. A mí al menos jamás me hicieron ninguna observación para que lo atase.


También hay un Auditorio y una Estufa Fría (invernadero con una colección de plantas exóticas) que yo nunca visité pues no se puede entrar con perro.



A lo largo del parque uno se puede encontrar muchas esculturas 19 en total y 11 al menos de escultores de prestigio internacional, aunque me temo que la escultura no es mi fuerte así es que de todos ellos yo sólo conozco a Miguel Berrocal. Quizás por eso prefiero hacer fotos de todo menos de las esculturas.


Y es que uno de los alicientes de estos paseos es que a menudo voy con la cámara y me entretengo intentando buscar diferentes motivos para fotografiar o ángulos diferentes del mismo motivo. Tengo un amigo que dice no entender que no me resulte aburrido dar el mismo paseo todos los días. No sé como hacerle ver que nunca es igual. Nunca. Lo tengo por alguien inteligente, pero no estoy segura de que pueda entenderlo por más que se lo explique. Aunque haga el mismo recorrido la luz es cambiante incluso en el mismo día. Hay veces que nos perdemos por distintos senderos; en otras ocasiones hacemos el paseo asfaltado en forma de circunferencia en torno al cual gira el parque, pero siempre hay algo que convierte el paseo en algo diferente.


Roble americano.

Otra de la cosa que me gusta de este parque es que hay varias montañas y ya se sabe que a los asturianos nos gusta mucho eso de escalar. Yo suelo subir a la que está más alejada de la entrada principal.


Muy cerca de este parque está uno denominado El Capricho, pero que no permite la entrada con perros, creo que tampoco con bicicletas. Lo cito, no obstante aquí, por si algún despistado sin perro entra en mi blog y quiere acercarse a conocerlo pues es realmente precioso.

Al igual que sucede en el Retiro, en el parque de la Fuente del Berro tampoco es fácil aparcar sobre todo por semana y en fin de semana si hay toros, pues está muy cerca de la plaza de la Ventas.


Fué declarado Jardín Histórico en 1941. Consta de 6 puertas; yo siempre entro por la puerta norte que comunica con los Jardines de Sancho Dávila, una zona verde paralela a la M30 que va desde el parque hasta el puente de Ventas.


Entrando por la puerta de la calle Enrique D´Almonte, se puede apreciar el antigüo palacete hoy Centro Cultural y una fuente con un gran jarrón de piedra donde Cooper no duda nunca en meterse, aunque la razón por la que suelo atarlo en esa zona no es esa, sino el que hay muchos pavos reales sueltos y me da miedo que le dé por agredir alguno aunque resulta difícil imaginar a Cooper siendo agresivo con nadie.

El parque de 13 Ha. es muy bonito con magníficos ejemplares árboreos y arbustivos, aunque lamentablemente no demasiado silencioso por su cercanía a la M30.

Posee un monumento al poeta romántico nacido en SevillaGustavo ABécquer (1836-1870) famoso sobre todo por su obra poética Rimas y Leyendas, aunque fué también narrador y periodista y también al poeta ruso Pushkin y al violinista español Enrique Iniesta, además de varios estanques y una cascada.

El parque se encuentra en los terrenos de lo que en principio fue la quinta de Miraflores encargada por Felipe IV como un nuevo Real Sitio. Después de tener varios propietarios (aunque la corona siempre mantuvo el derecho sobre sus aguas), incluso de haber sido un parque de atracciones, fué adquirido por el Ayuntamiento en 1948, aunque desde Enero de 1941 ya había sido declarado Jardín histórico-artístico.

Musca, una amiga de Cooper, posando para mí en plan escultura viviente en el parque de la Fuente del Berro.

Lo curioso es que la Fuente  que da nombre al parque, está fuera del recinto. Desde que Carlos III mandara construir una casilla para protegerla se la denominó la Fuente del Rey y durante mucho tiempo se la consideró la la mejor agua de Madrid atribuyéndosele propiedades curativas y hasta afrodisíacas.

De todas los árboles que hay en el parque a mí el que más me llama la atención es un ejemplar enorme de un Ginkgo Biloba, un árbol originario de china y que desde hace siglos se ha utilizado por sus acciones terapéuticas. Nunca he conseguido hacerle una foto que le haga justicia.

Sin embargo, el parque por el que más nos gusta pasear a Cooper y a mí es sin duda alguna el de la Quinta de los Molinos.



Este parque está considerado Jardín Histórico Artístico así como Bien de Interés Cultural y debe su nombre a la presencia de dos molinos. En su origen, fue una finca privada perteneciente al arquitecto alicantino César Cot Botí. Su objetivo fue recrear una finca de aspecto parecido a su lugar de origen, es decir, una finca agrícola del litoral mediterráneo, de ahí la presencia de olivos, almendros y los citados molinos.

Reflejos en el agua de las albercas del parque.
El agua para regar la finca era extraída con dichos molinos de viento de pozos y manantiales  subterráneos y luego almacenados en albercas que tenían también función decorativa. Por la finca circulaban dos modestos arroyos el de Trancos en el norte y el de la Quinta en el sur.

En 1925 se erigió la construcción del Palacete de influencia de la llamada Secesión Vienesa, en especial de la obra de Hoffman y también por estas fechas se erigió la Casa del Reloj, así como otras dependencias agrícolas.

César Cot Botí murió en 1978 llegando sus herederos aun acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid en 1978 por el cual cedían 21 Hectáreas para uso público y las 7 restantes para la construcción de viviendas.

Cooper siempre se muestra en este parque extremadamente contento y juguetón y yo disfruto de verlo así dado que él es muy británico y tiene cierta tendencia al autismo, pero también disfruto enormemente por pasear en un entorno tan bonito.


En otoño está maravilloso, pero sobre todo es famoso porque tiene una enorme extensión de almendros que se ponen cuajados de flores a partir de Febrero, siendo ésta la época en la que el parque recibe más visitantes.


Aunque a mí tanto como los almendros en flor y las mimosas que también florecen en esa época, me gustan los muchos macizos de lilas y lirios que adornan el parque en primavera.

Flor de almendro.
Esta misma mañana estuvimos paseando por allí y ¡cómo disfrutamos los dos!!.



Eso si, viéndole literalmente rebozado en fertilizante negro con el que se había abonado gran parte del parque me sorprendí preguntándome si no sublimará en estas páginas mi vida con Cooper. Al cruzarme con dueños que pasean a sus goldens limpios e inmaculados me pregunté como diablos lo consiguen pues él siempre sale del parque indefectiblemente hecho un cerdito.

Tengo que aclarar, sin embargo, que los golden tienen una característica curiosa y es que como le ocurre a los hornos pirolíticos son autolimpiables. Entras con una especie de cerdito en casa y si consigues que no se eche la siesta en tu alfombra o sillón favorito sino en su manta, cuando se despierta, mágicamente, vuelve a estar limpio y basta con sacudir o aspirar su manta para solucionar el problema por completo.

Hoy mientras me entretenía intentando con mi cámara hacer diferentes tomas del fruto de un madroño aprovechó para bañarse y proceder a su rebozado posterior. Naturalmente, cuando hace esas cosas no le regaño pues me parece que no entendería mi enfado.


Por otra parte, yo estaba tan feliz y absorta ensayando con mi cámara que nada podía alterarme en un momento así. Sintiéndome así de feliz, recordé un libro de Bertand Russell llamado La conquista de la felicidad que leí hace años. Vagamente me vino el recuerdo de un capítulo dedicado a las causas de la felicidad y que releí cuando regresé a casa :

"El interés hacia las cosas aunque es quizás menos valioso como elemento de nuestra felicidad cotidiana que una actitud amistosa hacia nuestros conocidos es, sin embargo, muy importante. El mundo es amplio y nuestros poderes limitados. Si toda nuestra felicidad ha de depender exclusivamente de las circunstancias personales, es probable que pidamos a la vida más de lo que pueda darnos.Y pedir demasiado es el mejor camino para obtener lo menos posible. El que pueda olvidar sus preocupaciones interesándose sinceramente en algo, por ejemplo, en el Concilio de Trento o en la historia de la vida de la estrellas notará que al volver de su excursión de ese mundo impersonal ha adquirido un reposo y una calma que le capacitan para afrontar de buen humor toda molestia y al mismo tiempo habrán gozado de una felicidad genuina, aunque sea temporal". Y concluye "el secreto de la felicidad es éste, que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones hacia cosas y personas interesantes sean amistosas en vez de hostiles".

Regresé feliz a casa pero, eso sí, sin haber conseguido la foto que buscaba aunque un poco más cerca de consegurir el efecto deseado..


Por supuesto, hay muchos más parques o zonas verdes para pasear con nuestros perros en Madrid como el del Parque del Oesteel Parque de La Casa de Campo, la Dehesa de la Villa, o la Dehesa del Boyal en San Sebastián de los Reyes por citar sólo algunos, pero yo sólo quería hablar de los que considero nuestros parques por ser los que Cooper y yo visitamos y disfrutamos juntos más a menudo.

Por último no quiero dejar de hacer mención a dos espacios que me encantaron para pasear con perro:

Uno es el Monte de Valdelatas al que sólo fui en una ocasión aunque en un día excesivamente caluroso  lo que de algún modo ha ensombrecido el recuerdo del paseo que por allí nos dimos.(http://www.alcobendas.org/es/cargarFichaTerritorial.do?identificador=538)

El otro es Madrid Río. Se ha escrito mucho de la aberración económica que supuso para las arcas del Ayuntamiento la obra faraónica de Ruiz Gallardón, pero si uno prescinde de las consideraciones económicas, la verdad es que el sitio no puede menos que sorprender por bonito y agradable como zona de paseo.

El proyecto tuvo como punto de partida el soterramiento de la M30 paralelo al río Manzanares. La zona rehabilitada se extiende por una superficie de 694 hectáreas y a lo largo de 6 distritos. El resultado es un gran parque lineal de 10 Km. de longitud perfectos para dar un paseo a pie o en bicicleta con nuestra mascota.





Ambos márgenes del río se han unido con la construcción de 17 pasos nuevos, siendo el más famoso el  puente en espiral diseñado por el arquitecto francés Dominique Perrault. Así mismo se han rehabilitado otros ya existentes como el puente de Segovia, el de Toledo y el del Rey.

Muy cerca está el Matadero, un sitio en el que no tienen cabida nuestros perros, pero que cito porque me gusta mucho. Se trata de un solar con naves y edificios de arquitectura neomudéjar típicos de la arquitectura industrial de la época de transición del XIX al XX y que se construyó a comienzos de XX para sustituir al Matadero de la Puerta de Toledo y que ha sido rehabilitado dentro del plan de revitalización del Patrimonio Industrial para espacio cultural de diversos usos, exposiciones, representaciones teatrales, etc. ( http://www.mataderomadrid.org/index.php).

Copio, por último, un link de un sitio del que tuve noticias hace días, el Parque Lineal del Manzanares, que espero conocer próximamente y que parece sumamente interesante: http://www.parquelineal.es/


Seis años después de escribir esta entrada tengo que añadir un parque que, desde hace 2, frecuento sobre todo cuando el calor empieza a apretar en Madrid. La razón es simple: el parque al que me estoy refiriendo, el Parque Juan Pablo II, tiene varios canales con agua que hacen las delicias de Cooper y de todos los perros que, sobre todo a partir de las 20 horas, van allí con sus dueños a refrescarse.

Cooper en "El Jardín del Sol y el Agua" del Parque Juan Pablo II.


Inagurado en el 2007, está atravesado por la Avenida de Machupichu, con la entrada principal a la altura del número 1 de dicha calle, dando lugar a dos zonas a cada lado de dicha avenida: "El jardín del Sol y el Agua" y los "Jardines Mediterráneos".


Los dos están muy cuidados y aunque apenas hay árboles que den sombra resulta muy bonito pasearse por ambos y si se tiene tiempo, detenerse para leer los muchos carteles explicativos que se reparten en ambos lados con información diversa.

A la entrada del Parque Juan Pablo II en la zona denominada Jardín del Sol y del Agua.

Yo suelo llevar a Cooper a la zona que se denomina Jardín del Sol y el Agua, pues los canales tienen menos profundidad que los del lado denominado Jardines Mediterráneos, eso sin contar con que tengo la sensación de que está menos vigilado y frecuentado que la otra zona.

Otra de las cosas que me gusta de acercarme a esa zona es que alrededor del parque hay varios sitios para pasear muy bonitos.


Está, por ejemplo, el conocido como Parque de la Espuela, situado en el número 5 de la calle del mismo nombre, que no está cercado y que consta de un río artificial que hace las delicias de Cooper aunque últimamente he dejado de frecuentarlo pues me han advertido de que pasea por allí un chico con dos perros de raza pitbull, sin bozal y sin atar, que meten un poco de miedo.

Parque de la Espuela.
Tras el baño...
Parque de la Espuela.

Otra zona para pasear contigua al Juan Pablo II es el Pinar de Barajas.


Es muy amplio, y se puede ir con los perros sueltos sin problema. En este invierno del 2018 he dado hermosos paseos con Cooper por allí.



Desde el Jardín del Sol y del Agua también se puede acceder a una zona arbolada que discurre paralela a los edificios de casas de la Avenida de Machupichu y que llega hasta el centro comercial conocido como El Palacio de Hielo.

Cooper completamente relajado después de un largo baño en el Parque Juan Pablo II.
En fin, una zona de Madrid con múltiples posibilidades para pasear en compañía de nuestros perros...



7 comentarios

  1. ¡Hola Cova! ¡Qué fotos más bonitas!
    Me ha gustado especialmente leer tu artículo sobre los parques de Madrid. Porque muchos de esos paseos los he disfrutado muuuchas veces !! Valdelatas incluido.
    Y el de tu último viaje a Gijón, qué genial ver la playa la de San Lorenzo en invierno. Menudo bañazo me dí allí éste verano. He alucinado con algunas fotos, la de las huellas de Cooper en la arena es una de mis favoritas. Me encanta saber por tí que dejan entrar con perros cada vez en más sitios. Es una ciudad maravillosa Gijón.
    Y me alegra haberos visto ésta tarde a Cooper y a tí por la calle. ¡Hasta pronto! M

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  2. Hola! Intenté contactar contigo mediante el formulario de contacto pero no funcionó! Mi correo es guiaaeropuertos@gmail.com

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  3. Maravillosa descripción. He paseado junto a ti y Cooper por estos parques. Información detallada y útil; Otto y Arwen lo agradecerán.
    Un abrazo

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  4. Me alegro de que te haya gustado. La verdad es que en Madrid no podemos quejarnos de falta de parques.Me han hablado muy bien del Parque Felipe VI. No sé si lo conoces.¡Un saludo!

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  5. Hola! Soy un apasionado de dar largos paseos con mi perro "suelto" sin correa pues es muy obediente y lo llevo siempre controlado. Me gustaría conocer con mi mascota los parques públicos de Madrid pero me han dicho que en Madrid sólo lo puedes tener suelto, dentro de los parques, en los sitios acotados al efecto porque para eso los tienen ¿No es totalmente cierto, verdad?
    Muchas gracias.
    Francisco R.

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    1. Hola! Lo encontré, sí se puede, está escrito en la ordenanza reguladora de la tenencia y protección de animales de Madrid (2.001). Concretamente artículo 11 punto 1, el cual fue sustituido por acuerdo del Pleno de 25 septiembre de 2.009 (BOAM 6043 de 16 octubre).
      Un saludo.
      Francisco R.

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  6. Perdona por no haberte contestado antes. Estoy en Gijón en una casa sin conexión wifi así es que me conecto sólo de vez en cuando en algún bar. Te iba a comentar precisamente que existía una ordenanza del Ayuntamiento con horarios para el verano e invierno. La forma de que no nos pongan multa es cumplirlos, pero te confieso que yo no lo cumplo siempre y en general los usuarios de La Quinta de los Molinos, tampoco. Sólo el día que vemos que hay policía los llevamos atado o cuando hay mucha gente en el parque para evitar molestar. Como siempre es un tema de sentido común y de intentar respetar a los demás. Te deseo que sigas disfrutando de tus paseos en compañía de tu perro.¡Un saludo!

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