Viajes con mi perro

Sevilla.



Mi historia con Sevilla es la historia de un amor que duró cuatro años. Guardo intacto en mi memoria, el recuerdo de la primera vez que puse los pies en esa ciudad. El deslumbramiento que me produjo su belleza, el olor azahar que lo inundaba todo, la animación de sus calles, el contraste con la vida de una ciudad del norte en la que había transcurrido mi vida hasta entonces. Me había trasladado allí a pasar una semana invitada por unos familiares, y me quedé durante 4 años. Durante ellos conocí a mucha gente, hice amigos, algunos- ¡ay!-desaparecidos ya de mi vida, otros que espero que se queden en ella hasta que me muera. Leí compulsiva y desordenadamente. Y viví con poquísimo dinero lo que no restó un átomo a la alegría de encontrarme en una ciudad tan hermosa, mientras buscaba confusa y apasionadamente algo que ni yo misma sabía lo que era. Pero aunque una mirada superficial sobre aquella época, puede parecer en un principio como errática y poco productiva, cuando pienso ahora en ella creo que me ayudó a crecer y a madurar de un modo que no lo hicieron otras épocas aparentemente más estables y convencionales.


Por ello esta visita a Sevilla me da un poco de miedo. Temo que la nostalgia por el paso del tiempo y sus consecuencias, pueda apropiarse de mí. Pero en cuanto empiezo a acercarme a la ciudad se apodera de mí otro tipo de preocupación más terrenal: la búsqueda de un sitio para aparcar el coche. La amiga en cuya casa estoy invitada, me había advertido que aparcar en Sevilla es casi misión imposible y cuando antes del viaje, navego por internet para buscar parkings cerca de su casa, me doy cuenta que no exagera nada a juzgar por el número de páginas con información exhaustiva que hay acerca de donde aparcar el coche. Por ello, no doy crédito cuando encuentro aparcamiento en la propia Calle Torneo y justo enfrente de la casa en donde voy a pasar los próximos días. Naturalmente, desde el momento que aparco, tomo la decisión de no moverlo durante mi estancia en la ciudad y moverme en taxi, en autobús o andando.


Otra decisión que tomo es la de que Cooper no me acompañe en las visitas turísticas. Hace calor y además acompañado de una sensación de bochorno, lo cual supone para él una auténtica tortura, así es que los paseos que damos juntos los damos por la Calle Torneo con baño incluido en el río, y por un parque que hay cerca.

Panorámica desde El Puente de la Barqueta, construido con motivo de la Expo 92.

Al parque, formado por la unión del Jardín del Guadalquivir y Jardín de las Américas, se accede atravesando el Puente de la Barqueta. El parque es muy bonito, pero se encuentra en un estado de completo abandono. Hay a la entrada un cartel que informa que el parque está cofinanciado por la Unión Europea, "Una manera de hacer Europa" leo con cierta desolación, mientras no puedo dejar de preguntarme que impresión sacarían los responsables de darnos a los españoles ese dinero, si viesen el estado en el que el parque se encuentra.

Basílica de la Macarena, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Esperanza de la Macarena, la Virgen más venerada de Sevilla.
La primera tarde que pasamos en la ciudad, Cooper también nos acompaña a dar un paseo por el Barrio de la Macarena. Aprovechamos la cercanía de la casa donde nos alojamos a la basílica, para acercarnos allí en primer lugar.

Arco de la Macarena.
Al lado de la basílica, se encuentra La Puerta de la Macarena más conocida como Arco de la Macarena, siendo la mejor conservada de las puertas de la muralla árabe que circundaba la ciudad.

Desde ahí parte la Calle San Luis que es el eje central de este barrio y donde se encuentra la Iglesia de Santa Marina; la torre de la iglesia es de estilo mudéjar aunque no sale en la fotografía.

Iglesia de Santa Marina.
Un poco más adelante, nos topamos con La Iglesia de San Luis, obra del maestro del barroco Fernando de Figueroa.


Iglesia de San Luis.
Aunque la calle más conocida del barrio es la Calle Feria llena de bares, tiendas y un antiguo mercado al lado del cual se encuentra la iglesia considerada como las más antigua de Sevilla, la Iglesia de Omnium Sanctorum, erigida sobre una antigua mezquita.

Iglesia Omnium Sanctorum.
A pesar del calor bochornoso que hace, disfruto mucho de este paseo y del que a la mañana siguiente doy con mi amiga y anfitriona, pues la Sevilla que visito en su compañía se acerca a la idea que tenía de la que yo conocí hace años. Las tiendas, los bares, la vida que se respira aquí se parece a la que yo conocí entonces y que nada tiene que ver con la zona más turística y comercial por la que había estado paseando esta misma mañana: El barrio de Santa Cruz.

La Catedral de Sevilla es la tercera más grande del mundo. Se alza en el emplazamiento de lo que era la gran mezquita en el S. XII. De la mezquita original se conserva el almiral conocido como la Giralda y el Patio de los naranjos.


Y es que en la mañana del primer día de los que paso en la ciudad, me dirijo llena de ilusión a la Calle Mateos Gago testigo de tantos momentos de mi juventud. En el número 1 de la calle se encuentra La Cervecería Giralda uno de los bares clásicos de la ciudad donde en tantas ocasiones me reuní con mis amigos.(http://www.cerveceriagiralda.com/)

La calle sirve de entrada principal al Barrio de Santa Cruz y arranca de la Plaza Virgen de los Reyes donde se encuentran La Catedral y La Giralda, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, además del Palacio Arzobispal y el Convento de la Encarnación.



Palacio Arzobispal, declarado Monumento Histórico Artístico en 1969.
Pero aunque es imposible no sucumbir al encanto del barrio con sus callecitas encaladas y los balcones llenos de flores, no puedo evitar sentir algo parecido a la decepción: Todo está ahí igual de bonito como lo recordaba, pero está atestado de turistas y de tiendecillas típicas de souvenirs. Resulta imposible encontrar un sitio solitario, un ángulo desde el que hacer fotos sin que esté plagado de turistas.


Quizás la zona más solitaria en ese momento sean la Plaza Refinadores y la de Santa Cruz situadas al lado de los famosos Jardines de Murillo, así llamados por encontrarse muy cerca de donde nació el pintor. Han sido declarados Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico. A continuación se encuentra el Paseo de Catalina de Ribera que tienen una extensión de 18.250 m. cuadrados.
La cola para acceder a los Reales Alcázares.
La amiga asturiana, con la que estoy dando el paseo y que sigue acompañándome en este viaje por tierras del sur, tiene una cita para comer con un amigo, así es que acordamos continuar nuestro paseo juntas visitando a nuestro paso la Plaza del Salvador, la de San Francisco y la Plaza Nueva para después tomar la Calle Sierpes y separarnos al final de esta calle donde se encuentra la Confitería La Campana fundada en 1885 donde, naturalmente y dada mi afición por el dulce, me compro varios pasteles.

La Campana, al final de la Calle Sierpes.

Como curiosidad, y ya que estamos celebrando el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, comentar que al final de la Calle Sierpes, se encontraba la Cárcel Real donde estuvieron presos ilustres como el propio Cervantes, quien según se dice comenzó allí a gestar su obra El Quijote.

En cuanto me separo de mi amiga vuelvo hacer el recorrido inverso por la Calle Sierpes hasta la Plaza Nueva y la de San Francisco. En la primera está instalada la Feria del Libro y en la de San Francisco están instalando otra feria, no sé muy bien de qué, lo que les quita visibilidad a ambas, lo cual no puedo menos que lamentar sobre todo en el caso de esta última pues en ella se encuentran varios edificios interesantes como La Casa ArceneguiEl Edificio del Bar Laredo o La Antigua Audiencia.

Fachada del Ayuntamiento que da a la Plaza de San Francisco. Fue a raíz de la boda de Carlos V con Isabel de Portugal, celebrada en Sevilla, que se decidió construir un edificio para el Ayuntamiento que representase el poder y la importancia de la ciudad.
Tampoco puedo tener una buena perspectiva del edificio del Ayuntamiento, una de cuyas fachadas, la principal, da a la Plaza Nueva y la opuesta a la de San Francisco. La fachada que da a la Plaza Nueva es neoclásica y se terminó en 1867.

Iglesia del Salvador, donde por cierto se casó la Infanta Elena.
La plaza que si puedo contemplar sin ningún tipo de impedimento es la Plaza del Salvador que toma su nombre de la iglesia del mismo nombre, el templo más grande de la ciudad después de la catedral.

El Asilo de San Juan de Dios del siglo XVI, Bien de Interés Cultural.
En la misma plaza se encuentra el Hospital de Nuestra Señora de la Paz también conocido como Asilo San Juan de Dios.

Avenida de la Constitución.
En el camino de regreso vuelvo de nuevo por la Avenida de la Constitución que recorro a pie hasta alcanzar la Puerta de Jerez, una plaza que toma el nombre de la antigua Puerta de Jerez, uno de los accesos a la ciudad de las murallas de Sevilla.

Fuente de Híspalis o Fuente de Jerez, instalada en la Puerta del mismo nombre con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Al lado se encuentra el Hotel Alfonso XIII también construido en estilo neomudéjar para alojar a los ilustres visitantes de la Exposición de 1929.
Al final de la Avenida de la Constitución veo una capilla, pequeñita y casi escondida, La Capilla de Santa María de Jesús, que llama mi atención y cuando entro me encuentro con que alberga un precioso Retablo Mayor, obra de Alejo Fernández en 1520. No me atrevo a fotografiarlo por si le molesta al par de personas que están dentro en ese momento.

El Palacio de San Telmo, construido en 1682, y actual sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Al fondo El Palacio de San Telmo con su exuberante portada churrigueresca, diseñada por Leonardo de Figueroa y terminada en 1734.
Recorro la Avenida de Roma donde se encuentra el Palacio de San Telmo y me acerco a la Torre del Oro, en cuyas inmediaciones cojo un taxi que me lleva de nuevo a la Calle Torneo para reunirme con Cooper y con mi amiga y anfitriona con la que paso la tarde.

La Torre del Oro que formaba parte del recinto amurallado y estaba unido a los Reales Alcázares. No se sabe a que alude su nombre, si a los dorados azulejos que un día vistieron su muros o a los tesoros del Nuevo Mundo que aquí se descargaban.
Esa noche nos vamos a cenar pescaíto frito al Mercado Lonja del Barranco, un mercado gastronómico situado en un edificio considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad y cuyo diseño fue presumiblemente encargado a Eiffel.

Todavía es de día cuando llegamos al Mercado del Barranco...



Pero poco a poco empieza a caer la tarde y la ciudad se pone más bonita si cabe. Imposible no volver a enamorarse de Sevilla...

Sevilla desde la Calle Betis.
El mercado, se encuentra en la Calle Arjona, muy cerca del Puente de Triana. Tras la cena atravesamos el puente y, nada más cruzarlo nos encontramos en la Plaza del Altozano en la que confluyen varias calles una de ellas, la más famosa, la Calle Betis que recorremos hasta llegar a la Plaza de Cuba y desde ahí nos volvemos para la casa.

El día siguiente lo paso entero en compañía de mi anfitriona que hace verdadero cicerone por la ciudad. Por la mañana, y tras darle un paseo a Cooper por la Calle Torneo, volvemos a tomar la Calle Feria y nos encaminamos hacia el Palacio de las Dueñas en el que residió los últimos años la Duquesa de Alba y que desde marzo de este año está abierto al público.

Patio del Palacio de los Marqueses de Algaba.
De camino hacia allí, hacemos una parada para visitar el Palacio de los Marqueses de la Algaba que desde enero del 2013 alberga El Centro de Arte Múdejar de Sevilla que se encuentra muy cerca de la Calle Feria. Considerado como uno de los mejores exponentes del arte civil mudéjar, el palacio se distribuye alrededor de un gran patio central.

Entrada del Palacio de Dueñas.
Seguimos en dirección al Palacio de Dueñas, pero como no todo va a ser arte y cultura, mi amiga me propone ir antes a tomar una tapa al Bar El Rinconcillo, en la Calle Gerona, un bar que ostenta el título de ser el más antiguo de Sevilla ya que lleva abierto desde el año 1670. Nosotras tomamos una de sus especialidades, las espinacas con garbanzos; otras de sus especialidades son la pavía de bacalao, el salmorejo o la tortilla de jamón. Una de las curiosidades del bar es que los camareros anotan la cuenta con tiza en la barra.

Cuando llegamos allí nos dicen que faltan diez minutos para que abra sus puertas al público, así es para hacer tiempo mi amiga me lleva a un bar cercano donde según ella, y es experta en la materia, tiran mejor la cerveza de todo Sevilla. El bar en cuestión se llama El Tremendo y está en el número 13 de la Calle San Felipe.



Cuando estamos tomando la cerveza vemos una imagen conmovedora, la de un padre con su niño y un paso de Semana Santa infantil...


Para llegar hasta el bar pasamos por delante de una iglesia que se llama la Iglesia de Santa Catalina, me pareció muy bonita aunque estaba cerrada y no pudimos visitar su interior. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1912 y pertenece al grupo de las iglesias gótico-mudéjares de Sevilla y se ubica en el lugar de una mezquita.

Iglesia de Santa Catalina.
En cuanto al Palacio de las Dueñas, tuvimos la suerte de encontrarnos con que había muy poca gente. La entrada cuesta 8 euros y está abierto de 10 a 20h en verano y en invierno de 10 a 18h. Pasear por sus jardines es una verdadera delicia, la visita merecería la pena sólo por contemplar las inmensas buganvillas en flor que hay a la entrada.




Gracias a una placa que hay en la entrada, descubro algo que desconocía por completo, y es que el poeta Antonio Machado nació en este palacio el 26 de julio de 1875 y que el patio donde ahora estoy, es en el que los Hermanos Machado "jugaron y recibieron la luz y los colores y los olores de Sevilla".

"Nací en Sevilla-escribió el poeta- el año de 1875 en el Palacio de las Dueñas. Anoto este detalle no por lo que tenga de señorial (el tal palacio estaba en aquella sazón alquilado a varias familias modestas) sino por la huella que en mi espíritu ha dejado la interior arquitectura de ese viaje caserón".

Fue precisamente este patio el que le inspiró su famosísimo poema que empieza:

 Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
 y de un huerto claro donde madura el limonero;
 mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
 mi historia, algunas cosas que recordar no quiero.



Si la visita al Palacio de Dueñas ya fue una fiesta para los sentidos, la que hicimos a continuación a la Casa Pilatos no lo fue menos. El palacio, residencia permanente de los Duques de Medinaceli, es una mezcla de estilo mudéjar y renacentista italiano. La entrada que permite visitar la planta baja y el patio cuesta cinco euros, la visita a la planta superior es guiada y cuesta ocho, aunque creo que el miércoles hay unas horas en las cuales la entrada es gratuita.En la actualidad, La Fundación Casa Ducal de Medinaceli desarrolla una intensa labor cultural.

Como curiosidad comentar que son muchas las películas que se han rodado en su interior, entre ellas la famosísima Lawrence de Arabia (1962) dirigida por David Lean.



Portada Principal del Palacio.

Muros adornados con azulejos en la Casa Pilatos. También destacan los 24 bustos de emperadores romanos que junto con el de Carlos I y Cicerón, se distribuyen por las galerías bajas del patio.

Hay en el jardín una estatua de un joven Baco que juega con el agua pero a mí, como no, la que más me llama la atención es la que representa un perro que me hace sentir nostalgia de Cooper.




Así es que en cuanto acabamos la visita, nos vamos a la Calle Torneo para darle un paseo, comer y descansar un rato en casa para salir de nuevo a pasear esta vez por Triana. Ayer ya habíamos estado recorriendo la Calle Betis, una de de las más famosas de Triana, pero yo deseaba volver para adentrarme un poco más en el barrio.


Así es que ese día al final de la tarde, nos vamos en autobús hasta una parada cercana al Puente de Triana que volvemos atravesar y llegamos de nuevo a la Plaza del Altozano, pero esta vez no tomamos como ayer la Calle Betis, sino que paseamos por otras calles que confluyen en la plaza, la de San Jorge, el Paseo de Nuestra Señora de la O, San Jacinto...


En la plaza hay varios lugares de interés como la Capillita del Carmen construida por Aníbal González en 1926 o el edificio de la Farmacia Murillo de Espiau de 1912. Los restos del Castillo de San Jorge se han convertido en un Centro de Interpretación y un Museo de la Inquisición.

El Puente de Isabel II más conocido como Puente de Triana. El diseño es de Eiffel.
El Barrio de Triana que debe su nombre al Emperador Trajano fue en su día el barrio gitano de Sevilla. Quizás por estar al otro lado del río, quizás por encontrarse fuera de la muralla que antiguamente rodeaba la ciudad, parece ser que la gente de Triana se siente de algún modo distinta, con otras particularidades. Se cuenta que la gente de Triana decía "voy a Sevilla" cuando iban a cruzar el puente.

Su cerámica es famosa desde hace siglos y así lo atestiguan el montón de cuadros de cerámica que vemos por todas las calles a modo de homenaje a vecinos ilustres o con motivos religiosos. También hay un montón de rótulos hechos en cerámica. El taller más conocido es el de la Cerámica Santa Ana en la Calle San Jorge.

Cerámica Santa Ana, fundada en 1871, en la Calle San Jorge 31.
En la Calle San Jacinto que es peatonal se encuentra la Iglesia de San Jacinto y la Capilla de la Estrella que es la sede de la Hermandad de la Estrella.

La Virgen de la Estrella.
Pero en este paseo, quizás por la hora, lo que nos apetece es ir de bares... Nos acercamos primero al número 1 de la Calle de Castilla conde se encuentra Casa Cuesta abierto desde 1880 y que es uno de los que frecuentaba en la época en que viví en Sevilla. El escritor Pérez Reverte lo cita en su novela "La Piel del Tambor", una novela cuya trama se desarrolla en Sevilla. Es en el tercer capítulo donde describe los 11 bares que había en los 300 metros que separaban la Casa Cuesta del Puente de Triana. Y hablo en pasado pues muchos de los que cita, han desaparecido. Otro bar mítico para mí era el Kiosko de las Flores que tampoco está ya donde lo dejé y que según me cuentan se ha trasladado a la Calle Betis a causa de las reformas del cercano mercado.(http://kioscodelasflores.com/)


En el número 39 de la Calle San Jacinto se encuentra la Cervecería La Grande donde nos sirven, siguiendo lo que es una norma de la casa, las cañas con una tapita de gambas.

El último bar que visitamos ya no está en Triana, sino en el Barrio del Arenal, el barrio que se encuentra al cruzar el puente, enfrente de Triana, y que ha crecido alrededor de la Plaza de toros de la Maestranza. Allí nos dirigimos a la Bodeguita Romero en la Calle Harinas 10 donde, por una vez y sin que sirva de precedente, abandono mis convicciones vegetarianas tomando un montadito de pringá. (La pringá está elaborada con los ingredientes cárnicos del cocido que luego se sirven triturados o desmenuzados con pan).

Y así llega el último día de mi estancia en Sevilla que dedicamos por la mañana a pasear por El Parque de María Luisa.





Fue la Infanta María Luisa Fernanda de Orleans quien en 1893 cede parte de los Jardines de San Telmo a la ciudad creándose así el Parque de María Luisa, el más famoso de la ciudad, que está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico. Las Plazas de España y de América, ambas de Aníbal González, están integradas en el parque y fueron construidas con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.



La Plaza de España es una plaza de forma ovalada de unos 200 m de diámetro, realizada en ladrillo visto con aplicaciones de cerámica. Fue realizada por Aníbal González con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.


El parque está precioso, pienso en Cooper y en como me gustaría que nos hubiese acompañado a este paseo, pero en cuanto pasa un poco de tiempo y sobre todo cuando llegamos a la Plaza de América, me alegro de haber tomado la decisión de dejarlo en casa pues hace mucho calor.



El Pabellón Mudéjar en la Plaza de América en el que se aloja el Museo de Artes y Costumbres Populares.
 En la misma plaza, se encuentra el Edificio Neorenacentista que alberga el Museo Arqueológico.
Empezamos a pensar en volver a casa a comer, pero le pido a mi amiga que prolonguemos un poco más mi recorrido sentimental por la ciudad acercándonos al Porvenir, un barrio cercano al parque donde viví unos años. El barrio estaba precioso como entonces, pero lo encontré mucho más limpio y cuidado. Localicé la casa que compartí con unos amigos, pero no encontré la buhardilla donde viví los dos últimos años. Una buhardilla, gélida en invierno, tórrida en verano, por la que se accedía tras subir cuatro pisos sin ascensor-"no cierres la cancela muy fuerte al entrar pues la lámpara del techo se nos cae al suelo," me pidió un día el vecino de debajo de mi casa-, pero en la que viví muy a gusto quizás porque me sentía libre y dueña de mi vida y como casi todos los jóvenes, invulnerable. ("Yo he hablado de París según era en los primeros tiempos, cuando éramos muy pobres y muy felices". "París era un fiesta". Ernest Hemingway)

No tuve suerte tampoco con la búsqueda del bar-tienda de ultramarinos, El Bar Palacios, un local histórico de Sevilla que frecuentaba entonces, pues aunque lo encontré en el número 4 de la Calle Porvenir, estaba cerrado.

Y ahora si vamos a reencontrarnos con Cooper. Comemos en casa y descansamos hasta bien entrada la tarde en que salimos a pasear por la Alameda de Hércules y calles adyacentes.


Yo ya había estado varias veces paseando con Cooper por la Alameda, paseos que él aprovechó sobre todo para refrescarse en la fuentes de superficie, y en esta ocasión vuelve a acompañarnos.

Extremo sur de la Alameda con dos columnas coronadas con sendas esculturas una que representa a Hércules, quien según la leyenda fue el fundador de Sevilla, y la otra de Julio César. En el extremo norte hay otras dos columnas rematadas por leones con escudos.
En la época en que yo viví en Sevilla, La Alameda era una zona de prostitución. También recuerdo que se celebraba allí un mercadillo y creo recordar que el suelo estaba cubierto de albero. En el 2008 se realizaron unas obras de remodelación y ahora es una zona llena de bares y terrazas con mucho ambiente.


Nosotras acabamos tapeando en uno de los bares que pueblan la Alameda antes de haberlo intentado sin éxito, en uno situado en la cercana Plaza de San Lorenzo, una placita con mucho encanto, donde se encuentra la Iglesia de San Lorenzo y La Basílica del Gran Poder. Esta última fue construida en 1965 como sede de la Hermandad de Jesús del Gran Poder. En el interior se encuentra la talla de Jesús del Gran Poder"El Señor de Sevilla", obra de Juan de Mesa, escultor al que se ha levantado un monumento que está situado a un lado de la plaza.

Tras el tapeo y cuando ya nos vamos para casa, atraídas por el sonido de la música de una procesión, nos acercamos para verla de cerca. De pronto, una mujer que está participando en la misma me pide que le acerque a Cooper pues quiere acariciarlo (mi amiga me comenta que no le está permitido salir de la procesión). Cuando la chica levanta el rostro para darme las gracias puedo ver lágrimas en sus ojos, que no sé si están motivadas por el fervor religioso o por la ternura que le inspira Cooper.


En cualquier caso, el recuerdo de ese momento que mi móvil captó, aunque borroso y desenfocado, me parece el broche final para estos días de estancia en esta ciudad que, por muchos motivos, sigue ocupando un lugar en mi corazón, a pesar del tiempo transcurrido desde aquel lejano día en que puse por primera vez los pies en ella...

Hoteles que admiten perros en Sevilla :

Hotel Petit Palace Canalejas
http://www.petitpalace.com/hotel-canalejas-en-sevilla/       


Hotel Londres
http://www.hotel-londres-sevilla.com/



Hotel Simón
http://www.simonhotelsevilla.com/


Hotel Goya
http://www.hotelgoyasevilla.com/


Un Patio al Sur
http://www.patioalsur.es/



Hostal Atenas
http://hostalatenassevilla.com/



Hotel Vincci La Rábida
http://www.vinccihoteles.com/eng/Hotels/Spain/Sevilla/Hotel-La-Rabida



Hotel Inglaterra
http://www.hotelinglaterra.es/es/index.html
*Sólo admite perros hasta 12 Kilos de peso.



Hotel Reyes Católicos
http://www.hotelreyescatolicos.info/
*Sólo admite perros hasta 15 Kilos de peso.



Hotel Bellavista Sevilla
http://en.hotelbellavistasevilla.com/



Novotel Sevilla Marqués de Nervión
http://www.novotel.com/gb/hotel-3210-novotel-sevilla-marques-del-nervion/index.shtml
*Cobran 20€/noche de suplemento por el perro




Hostal Puerta Carmona
Plaza de San Agustín, 5
Teléfono: 954 988 310



Le Petit París
http://lepetitparis.es/



Ibis Sevilla
http://www.ibis.com/en/hotel-3207-ibis-sevilla/index.shtml




Hotel Villa de la Palmera
http://www.villadelapalmera.com/
*Sólo perros hasta 15 kilos de peso




Hotel Palacio Alcázar
http://www.palacioalcazar.com/



Apartamentos Puerta del Sur
http://www.puertadelsur.net/



Apartamentos La Casa del Pozo Santo
https://casadelpozosanto.com/



Apartamentos San Marcos
http://www.sanmarcos-apartamentos.com/




Apartamentos Living Sevilla Maestranza
Teléfono: 954 217 914




1 comentarios

  1. Emotivo e interesante reportaje sobre una ciudad amada....
    Muy buenas las fotos.

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Viajes con mi perro